Elegir entre comprar o arrendar una vivienda puede marcar el rumbo de tu futuro financiero. Es una decisión que depende tanto de tus recursos económicos como de tu etapa de vida y tus planes a largo plazo. En Ecuador, este dilema se da en un contexto de oportunidades de financiamiento y desafíos sociales que afectan el acceso a la vivienda.
El panorama inmobiliario en Ecuador: oportunidades y obstáculos
Proyectos de Vivienda de Interés Social (VIS) y Vivienda de Interés Público (VIP) ganan terreno en el país. Están diseñados para facilitar el acceso a hogares dignos con créditos y subsidios accesibles. Ismael Vélez, consultor económico, explica que los VIS se enfocan en personas con ingresos bajos y medios, mientras que los VIP atienden a quienes tienen ingresos ligeramente más altos.
El Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (BIESS) también ha entrado con fuerza al mercado. En 2025, su crédito “Vivienda Premier” ofrece tasas del 4,99% y plazos de hasta 25 años para montos que alcanzan los USD 50.000, pensados especialmente para jóvenes y familias sin casa propia.
Sin embargo, Vélez advierte que el bajo poder adquisitivo, el endeudamiento y la inestabilidad política aún frenan la demanda. “Los hogares enfrentan dificultades para comprometerse a largo plazo, y la violencia o migración complican más el panorama”, señala.
¿Qué tomar en cuenta antes de decidir?
Comprar puede parecer la opción lógica por la estabilidad que brinda y la posibilidad de formar patrimonio. Pero también requiere compromisos financieros sólidos y duraderos.
“Muchas promotoras ofrecen entradas bajas, pero eso puede afectar tu capacidad de ahorro. Es mejor dar un aporte mayor y reducir las cuotas mensuales”, aconseja Vélez. También recomienda destinar máximo entre el 30% y el 35% de los ingresos al arriendo o hipoteca, dejando espacio para salud, educación y ahorro.
Además, advierte sobre los costos ocultos de un crédito: seguros, escrituras, impuestos y posibles restricciones si se trata de una vivienda usada.
Comparar opciones con un caso práctico
Una pareja con ingresos mensuales de USD 1.500 podría arrendar una vivienda por unos USD 400. Si opta por comprar con el crédito BIESS por USD 50.000, pagaría una cuota mensual de USD 293, pero al sumar seguros e impuestos el total alcanzaría entre USD 350 y USD 380. Aunque la diferencia no es abismal, la compra permitiría construir patrimonio a largo plazo.
Las dos caras de la moneda: comprar o arrendar
Comprar: ventajas y desventajas
Ventajas:
- Estabilidad y seguridad habitacional
- Construcción de patrimonio
- Independencia del mercado de arriendo
- Posibilidad de herencia
Desventajas:
- Compromiso financiero de largo plazo
- Menor movilidad
- Gastos adicionales
- Riesgo de depreciación del bien
David Tapia, propietario desde hace más de 10 años, comparte: “Con lo que hoy pagaría en alquiler, yo pagaba mi crédito. Ahora tengo mi casa propia. Como familia con hijos y mascotas, preferimos la estabilidad”. Y agrega: “Para nuestra generación, tener casa propia es también una forma de dejar herencia”.
Arrendar: ventajas y desventajas
Ventajas:
- Mayor flexibilidad para moverse
- Posibilidad de ajustar gastos a los ingresos
- No asumir mantenimiento ni impuestos prediales
Desventajas:
- Falta de estabilidad a largo plazo
- No se genera patrimonio
- Riesgo de aumento en el arriendo o no renovación
María Gracia Hidalgo, arrendataria desde hace 15 años, ha cambiado de hogar nueve veces. “El arriendo me da libertad. Me mudo según mi trabajo o mis ingresos. Es una forma de adaptarme a mi realidad sin asumir gastos adicionales”.
Checklist para una decisión informada
Antes de decidir, hazte estas preguntas clave:
- ¿Tengo estabilidad laboral por los próximos 5 años?
- ¿Cuento con un fondo de emergencia?
- ¿Planeo quedarme en el mismo lugar por más de 5 años?
- ¿Puedo cubrir todos los gastos adicionales al crédito?
- ¿Prefiero estabilidad o flexibilidad?
- ¿Estoy listo para asumir responsabilidades legales y de mantenimiento?

Conclusión: no hay una única respuesta correcta
Comprar o arrendar no es mejor o peor: todo depende de tu situación personal. La edad, los ingresos, tus planes familiares y el entorno económico influirán en lo que más te conviene.
Lo importante es informarse, evaluar con realismo tus capacidades y no dejarse llevar solo por lo emocional. La vivienda es más que un techo: es un componente clave de tu salud financiera.
Fuente: Primicias
Otras noticias:
La endoscopía puede salvar tu vida: conoce más sobre tu salud digestiva