Desde el 2 de abril de 2025, la nueva guerra arancelaria impulsada por el expresidente estadounidense Donald Trump ha creado un entorno incierto en el comercio internacional. Aunque el conflicto se centra en China, las repercusiones afectan a múltiples países, especialmente aquellos con fuerte dependencia del mercado estadounidense. Ecuador, cuyo sector camaronero tiene a Estados Unidos como uno de sus principales destinos de exportación, observa con creciente inquietud esta coyuntura.

El camarón ecuatoriano en la mira
La industria camaronera es una de las más relevantes para la economía ecuatoriana. Enfrenta ahora un panorama volátil debido a la imposición de un 10% adicional de arancel para el camarón exportado a Estados Unidos. La medida, aunque temporalmente suspendida para algunos competidores como Vietnam, India e Indonesia, podría reactivarse el 9 de julio de 2025, elevando aún más los costos del producto en el mercado norteamericano.
José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, advierte que la incertidumbre no reside en la capacidad de producción ecuatoriana, sino en los factores externos que pueden distorsionar la demanda global y encarecer el producto hasta en un 20%. Este aumento afectaría el comportamiento del consumidor estadounidense, reduciendo su disposición a consumir camarón, sobre todo en restaurantes.
Aumento temporal de la demanda y riesgos posteriores
Entre abril y mayo de 2025 se prevé un aumento en la demanda de camarón ecuatoriano, ya que las empresas norteamericanas buscan adelantarse a los aranceles. Sin embargo, este efecto de “acaparamiento anticipado” podría provocar una caída en las compras en los meses siguientes, cuando se hayan abastecido en exceso. Así, lo que se gana momentáneamente se podría perder a mediano plazo, profundizando la inestabilidad del sector.
La competencia global no da tregua
Camposano también destaca un riesgo adicional: si países como India pierden espacio en el mercado estadounidense por los aranceles, buscarán nuevos destinos, aumentando la competencia en mercados como la Unión Europea, donde Ecuador también tiene presencia. “El comercio está interconectado”, señala el dirigente, subrayando la necesidad de actuar con visión estratégica y no dejar ningún frente comercial desatendido.
La urgencia de ampliar y diversificar mercados
Ante este panorama, el sector camaronero exige al Gobierno ecuatoriano una reacción proactiva. Con el proceso electoral ya concluido, Camposano insta a las autoridades a iniciar de inmediato negociaciones bilaterales con Estados Unidos para resolver la situación arancelaria.
Diversificar los destinos de exportación también es una prioridad. “No se puede reemplazar un mercado por otro, sino diversificar”, enfatiza Camposano. En otras palabras, la clave no está en buscar sustitutos a los grandes socios comerciales como EE. UU., China o la UE, sino en ampliar el abanico de compradores para mitigar los impactos de políticas proteccionistas o crisis globales.
El encarecimiento del camarón ecuatoriano en el mercado estadounidense, motivado por aranceles adicionales, representa una amenaza concreta para el sector acuícola nacional. A corto plazo, puede haber beneficios por un aumento en la demanda anticipada, pero los riesgos estructurales a mediano y largo plazo son significativos. La estrategia debe centrarse en negociaciones bilaterales urgentes, expansión de mercados y una política comercial dinámica que permita a Ecuador enfrentar la incertidumbre global con mayor resiliencia.
Fuente: Primicias.ec
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