Las cárceles de Ecuador atraviesan una crisis sin precedentes. La combinación de alianzas entre grupos criminales. Asesinatos de cabecillas y desplazamientos forzados de familias en zonas estratégicas. Ha generado un nuevo escenario en la lucha interna por el control de las prisiones. Este cóctel criminal amenaza con abrir nuevos frentes de guerra en las cárceles del país.

Alianzas y asesinatos: el caldo de cultivo de la violencia
El asesinato de líderes como Antonio Camacho, alias ‘Ben 10’, de los Chone Killers, en Colombia. Freddy Gonzalo Mendoza Fernández, alias ‘Gordo Mendoza’, en la cárcel La Roca de Guayaquil, ha desatado una serie de represalias entre facciones criminales. Estas acciones han incrementado la tensión y la violencia en las prisiones ecuatorianas.
Además, se han registrado alianzas entre grupos como Los Lobos y Los Choneros, así como con Latin Kings. Estas coaliciones fortalecen a las organizaciones criminales y facilitan la coordinación en actividades ilícitas como el tráfico de drogas, extorsión y asesinatos, impactando las dinámicas dentro y fuera de las cárceles.
Desplazamiento forzado: una estrategia para el control territorial
El desplazamiento forzado de familias en zonas estratégicas cercanas a las cárceles, como la cooperativa San Francisco en Guayaquil, es otra táctica empleada por grupos como Los Lobos. Estas acciones buscan obtener una visión directa de los complejos penitenciarios para planificar atentados, como los ocurridos en la cárcel La Roca.
Ataques con drones: una nueva modalidad de agresión
Los atentados con drones cargados de explosivos se han convertido en una amenaza real para la seguridad carcelaria. La Penitenciaría del Litoral ha sido blanco de al menos dos de estos ataques, que han causado daños significativos y generado temor entre la población.
Reacciones institucionales y desafíos persistentes
En respuesta a esta situación, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas emitió una alerta el 10 de abril de 2025, advirtiendo sobre posibles represalias e incidentes carcelarios debido a las alianzas entre grupos criminales y los asesinatos de cabecillas. Sin embargo, la falta de recursos, personal insuficiente y la corrupción dentro del sistema penitenciario dificultan la implementación de medidas efectivas para contrarrestar la violencia.
En conclusión, el cóctel criminal que amenaza con abrir nuevos frentes de guerra en las cárceles de Ecuador requiere una respuesta integral que aborde tanto las causas estructurales como las tácticas empleadas por las organizaciones criminales. La colaboración entre instituciones, el fortalecimiento de la seguridad y la atención a las comunidades afectadas son esenciales para restaurar el orden y la paz en el sistema penitenciario del país.
Fuente: PRIMICIAS
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