Me refiero directamente a la firma del Convenio para combatir el narcotráfico y la delincuencia organizada que se acaba de firmar entre los Estados Unidos de Norteamérica y un país asolado como el nuestro que es rehén de toda la podredumbre humana junta.
En apenas dos años y tres meses tenemos un país a la deriva con rumbo incierto capitaneado por un inútil e incapaz de resolver ningún problema de supervivencia nacional, más bien por su inutilidad estamos viviendo en un casi Estado de guerra interna a punto de estallar totalmente.
La seguridad ciudadana y el orden público no existen, las instituciones de cuidar la paz y el orden prácticamente han estado con los brazos cruzados a merced del aumento de todo tipo de violencia y corrupción generalizada.
Estamos a pocas horas de la definición crucial para escoger entre la esclavitud y la libertad, entre ser borregos sumisos o humanos libres, la decisión certera es lo más importante para labrar el futuro ideal de un mejor país.
El voto es la única arma habilitante que nos permite escoger entre el bien y el mal, solamente de las experiencias conocidas en el país y en el exterior se sacan las mejores y rápidas conclusiones que beneficien a todos, no solamente a grupos de poder hegemónicos, que por lo general muchos de ellos están acostumbrados a vivir junto con la corrupción.
Fuente: La nación
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