Con supuesto manto de imparcialidad, en esta mañana #ecuavisa invitó a un joven locutor y articulista tanto de radio Tropicana como del diario #EXPRESO para que elabore un análisis de todo esté suigéneris proceso electoral, del que necesariamente tengo que glosar mucho de lo dicho en esa entrevista…
En primer lugar y el más importante, dado que en pocas horas iremos a las urnas, insinuar por mantener diferencias con Fernando Villavicencio, decir que su asesinato no es un elemento gravitante que va a sorprender a muchos de estos aprendices de brujos y portavoces camuflados de sus patrones y padrinos, en este proceso electoral, es además de una impertinencia, un superficial método de análisis.
Es que sin ser fanático a esta altura de mi vida por nadie, insinuar que Villavicencio no estaba al momento de su asesinato en los primeros lugares de preferencia de un gran sector del país, que su lucha por decir lo menos fue estéril, realmente entonces estamos todos locos en este país y por supuesto este cinismo aúpa toda esta decadencia y declinación de partidos políticos, indiferencia y hasta hartazgo en querer participar e intervenir para archivar está vieja casta de degenerados y marrulleros de la politiquería….
Que sólo su asesinato es un tema de lamentar, para luego criticar que sin fundamento se acuse a fulano o zutano de sus posibles asesinos, es por decir lo menos una tremenda ofensa a su lucha y vida de trabajo e investigación junto a Cristian Zurita, porque de sus investigaciones fueron estos trabajos, los que tienen en calidad de prófugos al mismísimo líder de la Revolución Ciudadana y a la mayoría de su pandilla.
Todos aquellos que han sido señalados como autores de gravísimos casos de corrupción, podrían ser los presuntos sospechosos y autores intelectuales de su vil asesinato, y en ese ramillete por supuesto por elemental lógica, están o deberían estar los denunciados en los casos de corrupción en los contratos de petróleo, minería, etcétera, etcétera.
No haber permitido por parte del CNE, la participación del reemplazo de Fernando Villavicencio en el debate, y haber ordenado la supresión de su propaganda, ¿al joven articulista no lo inmuta? ¿No le provoca una reacción a su joven y talentoso intelecto? ¿No le causa curiosidad?
Hay que ser muy cínico o descarado, o aceptar que se participa para favorecer o causar más incertidumbre con este tipo de declaraciones, en una mañana que por lo menos, quisiéramos tener silencio y que nadie se infiltre para perturbar nuestra soberana quietud.
Qué lástima que desde muy temprano, los oligarcas utilicen a jóvenes personajes con un futuro muy prometedor, en estas viejas y descalificadas tretas y artimañas.
Fuente: La nación
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