El Gobierno de Trump ha tomado una decisión trascendental en cuanto a la reducción de su ayuda internacional. Según el secretario de Estado, Marco Rubio, el 10 de marzo de 2025, se ha cancelado el 83% de los programas de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid). Esto equivale a la eliminación de unos 5.200 contratos. Esta drástica medida es parte de una serie de recortes implementados por el presidente Donald Trump, con el fin de ahorrar «decenas de miles de millones de dólares» en iniciativas que, según el Gobierno, no han sido efectivas y, en algunos casos, incluso han dañado los intereses nacionales de EE. UU.
El recorte en los programas de Usaid
La decisión de la Administración Trump de recortar la mayoría de los programas de Usaid ha generado diversas reacciones. Rubio explicó que, en adelante, solo se mantendrán aproximadamente el 18% de los contratos de la agencia, lo que representa unos mil proyectos. Estos programas restantes serán ahora gestionados de manera más eficaz por el Departamento de Estado, con un enfoque más centralizado y en línea con los intereses estratégicos del país. De acuerdo con Rubio, la medida permitirá una mayor eficiencia en el uso de los fondos.

Agradecimiento a la labor del Departamento de Eficiencia Gubernamental
El secretario de Estado también ha expresado su agradecimiento al Departamento de Eficiencia Gubernamental, donde se integra el magnate Elon Musk. Este departamento ha sido crucial en la revisión y reorganización de los proyectos de Usaid, dedicando «largas horas» a esta «esperada e histórica reforma». Musk, por su parte, no ha dudado en calificar a la Usaid como una «organización criminal», señalando que la agencia se había desviado de sus objetivos originales.
La oposición a los recortes
Sin embargo, la ambición de Trump de reducir al mínimo el papel de la Usaid ha encontrado una fuerte oposición. Diversas organizaciones humanitarias y de desarrollo han levantado la voz, argumentando que si se cortan los fondos de Estados Unidos, se verán obligadas a recortar programas esenciales. Esto afectaría directamente a las poblaciones más vulnerables del mundo. Además, algunos críticos señalan que este tipo de recortes pueden reducir la capacidad de Estados Unidos para influir en regiones clave a nivel global. Por otro lado, el Gobierno sostiene que se priorizará la eficiencia y se evitará financiar proyectos ineficaces o perjudiciales para los intereses del país.
Perspectivas a futuro
Este recorte en los programas de Usaid refleja una política exterior más enfocada en los intereses directos de Estados Unidos. Se da menos énfasis a la asistencia internacional tradicional. A pesar de las críticas, la Administración Trump defiende estos recortes como una medida necesaria para mejorar la asignación de recursos gubernamentales. Sin embargo, el futuro de los programas de ayuda internacional sigue siendo incierto. El impacto en las comunidades que dependen de estos fondos podría ser significativo.
En conclusión, el recorte del 83% de los programas de Usaid, una de las políticas más controvertidas del Gobierno de Trump, tiene profundas implicaciones tanto a nivel interno como internacional. Este movimiento ha generado tanto apoyo como oposición, y su efectividad en el largo plazo aún está por verse.
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