En una conferencia de prensa el martes, la vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad, anunció su aceptación de la misión encomendada por el presidente Daniel Noboa, la cual la llevará a Israel para mediar por la paz en medio del conflicto en Gaza. Sin embargo, tras destacar su compromiso con el país, Abad dejó claro que esta designación también la aparta del centro del poder en Quito, revelando desacuerdos con el presidente.
“No podemos tapar el sol con un dedo, el señor presidente me quiere lejos”, expresó Abad, señalando la realidad de los desafíos políticos internos. A pesar de ello, acepta la misión con determinación y busca superar los malentendidos, afirmando: “No hago bloqueos, siempre tiendo puentes, porque el país está por encima de cualquier malentendido”.
La vicepresidenta, consciente del reto que implica trabajar por la paz en Gaza, subrayó la complejidad del conflicto y comparó la tarea con los esfuerzos de Estados Unidos sin lograr una solución definitiva. En medio de sus diferencias con Noboa, Abad hizo un llamado a la reconciliación: “Qué se siente conmigo y conversemos como dos políticos responsables por el bien de nuestro país”.
Abad también expresó sus discrepancias sobre acuerdos políticos alcanzados por Noboa con sectores correístas, señalando su resistencia a negociar con aquellos que buscan impunidad e injusticia. A pesar de todo, reafirmó su compromiso con el pueblo y su elección, incluso desde Tel Aviv, destacando su coherencia en la lucha por un objetivo común: “servir a los que necesitan y eligieron”.
La designación de Abad por parte de Noboa fue anunciada el viernes pasado como un “hito histórico” que destaca el compromiso de Ecuador con la paz internacional. Mientras el país se embarca en esta nueva etapa, la vicepresidenta se enfrenta a una tarea diplomática sin precedentes, marcada por desafíos políticos internos y el llamado a la coherencia en su servicio al pueblo ecuatoriano.