Realmente pensé que lo había visto todo en este país, pero no ha sido así. Vivimos en un estado de zozobra, por un lado, los que hacen el mal, y por otro aquellos que lo hacen todo mal, el camino al despeñadero cada día está más claro, más expedito, la desilusión es total, las medidas tomadas son un simple juramento a la bandera, los que sabían cómo y que hacer, resultaron que no tenían idea del cómo y del hacer, y ahora estamos pagando las consecuencias de la soberbia y desconocimiento de quién se esperaba que sabía cómo y que hacer.
El país se desangra, las mafias, las bandas, la narcopolítica y toda una caterva de corruptos, delincuentes y prófugos están de fiesta.
Y como no estarlo, se pasean con total impunidad, se sienten protegidos y cobijados por quienes deberían perseguirlos, detenerlos y juzgarlos, en realidad no se sienten, saben muy bien que todos estos están a su servicio, así que no se complican, viven muy tranquilos sintiéndose protegidos.
Mientras eso ocurre, asesinan a un alcalde, a un candidato a la presidencia, cuyas denuncias, revelaciones y declaraciones les incomodaba, lamentablemente creo que el candidato abusó de su suerte y se confió en quién o quiénes no debía, y pagó por ello.
Ha quedado de la manera más clara y precisa, que el tema o materia de seguridad, el uso de la inteligencia para prevenir, evitar, anticipar, etc. etc. no estaba en la agenda del gobierno del encuentro, los zapatitos rojos…un desastre, cuando realmente se requería de zapatos todo terreno, que permitan pisar todo aquello relacionado con la corrupción y las bandas criminales, total decepción.
Una muerte cruzada que no sirvió para nada, simplemente un descanso para que los conspiradores vuelvan por más y se candidaticen nuevamente, aquí no pasó nada, más allá de contar con el visto bueno del maléfico CNE y de quién lo preside.
Así que ahora que hemos tocado fondo, ¿qué nos queda, orar, pedir misericordia al Señor?, porque como ya sabemos, la justicia es ciega, sorda y muda. Dios nos libre y proteja.
Parafraseando a JFK, «El ciudadano tiene que establecer un final para los corruptos y delincuentes. Si no, estos establecerán un final para la patria.
Fuente: La nación
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