La temporada seca llegó nuevamente a Quito. Esto marca el inicio de un periodo de alta alerta debido al riesgo de incendios forestales. Con menos lluvias, mayor radiación solar y un incremento en la velocidad del viento, la vegetación en el Distrito Metropolitano comienza a secarse. Estas condiciones son propicias para el fuego. En 2024, más de 2.274 hectáreas fueron afectadas. Para este 2025, el Cuerpo de Bomberos de Quito ha iniciado su planificación desde marzo. El objetivo es contener posibles emergencias.

Estrategia de los Bomberos: diagnóstico, prevención y respuesta
Esteban Cárdenas, comandante del Cuerpo de Bomberos de Quito, explicó que la estrategia se centra en tres pilares. Estos son: diagnóstico de zonas de riesgo, prevención con patrullajes y desbroces, y una respuesta ágil ante emergencias. Más del 60% del territorio de Quito tiene cobertura vegetal. Esto aumenta los riesgos, especialmente por la combinación de radiación solar, viento y el uso indebido del fuego por parte de personas.
Desde el 1 de julio, los bomberos mantienen camiones en puntos estratégicos como el puente del Chiche. Cuentan con nueve sensores térmicos en sectores como Guangüiltagua y Enchillogua. Además, han desplegado 70 bomberos forestales estacionales y más de 400 efectivos disponibles diariamente.
Un riesgo latente en todo Ecuador
Wilson Goyes, experto en riesgos, reportó que en 2024 Ecuador registró 5.815 incendios forestales. Estos afectaron a 83.323 hectáreas en 22 provincias y 188 cantones, generando pérdidas económicas cercanas a USD 20 millones en apenas dos días. También causaron daños ambientales y sociales. Las provincias más afectadas fueron Loja, Azuay, Pichincha (con 285 incendios en 75 días en Quito) y Carchi.
La magnitud de los eventos provocó una declaratoria de emergencia nacional y siete declaratorias cantonales, incluido Quito. Además, se activaron 34 COE cantonales y cuatro provinciales para coordinar acciones.
El 99% de los incendios tienen origen humano
Christian Rivera, también experto en riesgos, indicó que el 99% de los incendios en Quito tiene origen humano. Las causas recurrentes son quemas agrícolas para eliminar residuos de cultivo, quema de basura en zonas sin recolección frecuente y fogatas durante excursiones y campamentos. Sectores como Los Chillos, Tumbaco, Cumbayá, Nayón, Chilibulo y El Panecillo registran frecuentes quemas a cielo abierto. Llegan hasta cinco incidentes diarios.
Acciones de prevención y corresponsabilidad ciudadana
Rivera recomendó planificar acciones según pronósticos del Inamhi, cortar arbustos secos y evitar fogatas. También sugiere suspender quemas de basura y estar atentos a días de baja humedad. Goyes añadió que se deben eliminar residuos inflamables como vidrios y botellas. Además, es importante capacitar brigadas comunitarias, utilizar drones para monitorear zonas de riesgo, imponer sanciones a infractores y reforzar la reforestación con especies nativas.
El Cuerpo de Bomberos de Quito realiza patrullajes e instala gabinetes forestales en zonas de riesgo como El Panecillo y Bellavista. Trabaja de manera coordinada con la Agencia Metropolitana de Control. Esta ha detectado infracciones por incineración a cielo abierto y uso no autorizado de fuego en quemas mal llamadas “controladas”. En 2025, ya se han registrado nueve casos flagrantes.
Protocolo ante emergencias: priorizar la vida
Esteban Cárdenas explicó que ante un incendio forestal, la prioridad es proteger la vida de las personas y los animales. Luego se protegen las estructuras y finalmente la vegetación. En caso de incendios en zonas urbanas o de interfaz, se activan alertas, evacuaciones y acciones de contención, según las condiciones del entorno.
El plan operativo contempla tres fases. La primera es acción directa de los Bomberos. La segunda incluye coordinación con el Municipio. En caso de ser necesario, habrá apoyo del Gobierno central y brigadas de otras provincias.
El objetivo: contener el fuego y reducir el daño
La temporada seca es inevitable, al igual que los incendios forestales. Sin embargo, el objetivo es que no se propaguen. No deben sorprender a las autoridades ni a la ciudadanía y, sobre todo, no se deben lamentar vidas humanas. El Cuerpo de Bomberos de Quito asegura que cuenta con capacidad operativa y planificación. Sin embargo, enfatiza que la corresponsabilidad ciudadana es fundamental para prevenir y contener los incendios. Esto es crucial durante esta temporada seca que apenas comienza.
Fuente: El Comercio
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