En un importante llamado a la pacificación, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, enfatizó la necesidad de establecer un cese de hostilidades como punto de partida en las conversaciones con organizaciones armadas. Durante su visita al departamento del Cauca, donde enfrentan un aumento de la violencia, el mandatario instó a la suspensión de las acciones hostiles contra la población civil en el contexto de las negociaciones de paz.
La determinación del presidente Petro surge en medio de la escalada de violencia propiciada por la principal disidencia de las FARC en el departamento. El Gobierno busca abrir un diálogo de paz con este grupo.
El cese de hostilidades, según Petro, es esencial para allanar el camino hacia la paz, y subrayó que prácticas como secuestros, confinamientos, extorsiones y masacres no deben preceder a un acuerdo de paz.
El presidente resaltó que la paz implica, en primer lugar, poner fin a la hostilidad dirigida a la población civil, y en segundo lugar, transformar las economías ilícitas en legítimas.
En este sentido, Gustavo Petro anunció un conjunto de medidas de seguridad con el fin de reducir la violencia en el Cauca. Entre ellas, se incluye la intención de reemplazar las economías ilícitas del departamento con financiamiento público, orientándolas hacia actividades lícitas. Adicionalmente, se fortalecerá la presencia militar en la región para respaldar esta estrategia.
A pesar de que el Gobierno colombiano y el grupo disidente de las FARC, conocido como Estado Mayor Central (EMC), anunciaron en julio la intención de iniciar conversaciones de paz, estas aún no se han materializado. La búsqueda de una solución pacífica persiste en medio de este contexto desafiante.
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