Lenín Moreno, expresidente del Ecuador, afirmó que el gobierno anterior no le dejó un país gobernable, sino una “emboscada” que buscaba el fracaso de su administración. Durante una conversación con Americas Society and Council of the Americas, Moreno sostuvo que “yo no heredé un gobierno, heredé una emboscada”, refiriéndose a las estructuras y condiciones heredadas del régimen del socialismo del siglo XXI liderado por Rafael Correa.

“Es la típica emboscada que suelen tender los socialistas del siglo XXI a quienes le suceden en el poder, una emboscada para que fracasen”, señaló, reabriendo el debate sobre las dificultades que enfrentó su mandato entre 2017 y 2021.
Crisis económica y protestas marcaron su gestión
La administración de Moreno estuvo caracterizada por un complejo panorama económico, tensiones políticas y masivas protestas sociales. La eliminación de subsidios, las reformas económicas y los intentos de sanear las finanzas públicas se enfrentaron con un país polarizado y con instituciones debilitadas.
El expresidente insistió en que las condiciones heredadas afectaron la estabilidad institucional, obligando a su gobierno a tomar decisiones drásticas para evitar un colapso económico. La falta de liquidez, el alto endeudamiento y los compromisos heredados, según Moreno, limitaron su margen de maniobra para implementar reformas con mayor impacto social.
“Sistemas diseñados para sabotear a los sucesores”
Moreno enfatizó que los sistemas que dejan los gobiernos del socialismo del siglo XXI suelen estar diseñados para crear inestabilidad en los nuevos mandatarios, provocando descontento ciudadano y desgaste en la nueva administración.
“Son estructuras que no buscan el bienestar del país a largo plazo, sino que funcionan para mantener el poder de forma indirecta”, señaló Moreno, agregando que su gobierno tuvo que enfrentar presiones internas y externas que buscaron descarrilar cualquier intento de cambio en la gestión pública.
Un debate que sigue vigente en Ecuador
Estas declaraciones del exmandatario reactivan el debate sobre las responsabilidades de los distintos gobiernos en la situación política y económica del Ecuador. La tensión entre modelos ideológicos continúa impactando en la vida institucional del país, mientras las administraciones entrantes enfrentan dificultades para implementar sus planes de gobierno.
Los ciudadanos, en medio de esta disputa, continúan demandando soluciones reales a problemas estructurales como la falta de empleo.
Fuente:La Posta
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