El posible regreso al poder del movimiento correísta y su enfoque en políticas populistas para respaldar el gasto público han suscitado preocupación en instituciones financieras internacionales, como Santander, que expresan crecientes dudas sobre la estabilidad económica futura de Ecuador.
El pasado 2 de agosto de 2023, el riesgo país de Ecuador superó la marca de 2.000 puntos por primera vez desde los momentos más críticos de la pandemia en 2020, incluso llegando a superar el riesgo país de Argentina.
Aunque el riesgo país ha descendido ligeramente en los días posteriores, para el 7 de agosto de 2023, el índice se mantiene en 1.997 puntos.
Esto implica que si Ecuador intentara emitir bonos de deuda con vencimiento a 17 años, enfrentaría tasas de interés superiores al 20%; para vencimientos de 12 años, la tasa superaría el 23%; y para vencimientos a cinco años, excedería el 28,6%.
Los mercados e inversionistas internacionales están cada vez más preocupados por la posibilidad de un retorno al poder del correísmo y la capacidad de Ecuador para cumplir sus compromisos financieros futuros y honrar su deuda.
Esta inquietud ha aumentado aún más tras las declaraciones del candidato a la vicepresidencia correísta, Andrés Arauz, sobre la “Ecuadolarización”. A pesar de esto, la candidata presidencial correísta, Luisa González, ha buscado calmar los ánimos, asegurando que su eventual gobierno protegerá y fortalecerá la dolarización.
¿Cómo perciben los inversores internacionales la propuesta de “Ecuadolarización” de Arauz?
De acuerdo con un informe de Siobhan Morden, directora de Estrategia de Renta Fija para América Latina en Santander US Capital Markets LLC, las principales propuestas económicas del correísmo, incluida la “Ecuadolarización” de Arauz, giran en torno a la financiación heterodoxa para cumplir con sus promesas populistas de aumento del gasto público.
Esta financiación heterodoxa podría involucrar la introducción de una moneda digital dolarizada. Morden considera que esta situación es “preocupante”, ya que no parece haber un compromiso sólido con la disciplina fiscal necesaria para acceder a créditos externos, reducir la carga de la deuda y, en última instancia, consolidar la dolarización.
Además, la experta de Santander US Capital Markets LLC destaca que las políticas propuestas por miembros del correísmo, como Arauz, podrían generar tensiones en las relaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Dado que el FMI ha sido un importante proveedor de financiamiento para Ecuador desde el inicio de la pandemia y la deuda con esta institución supera los 8.000 millones de dólares, un mayor déficit fiscal y presiones de gasto requerirían que el próximo presidente negociara nuevamente con el FMI.
Si el correísmo llegara al poder, sus políticas populistas podrían complicar el diálogo con el FMI.
Morden argumenta que en Ecuador no existen mecanismos racionales de control o equilibrio contra las políticas heterodoxas que el correísmo podría implementar. Esto se debe a un historial insatisfactorio tanto del poder legislativo como del sistema judicial en relación con la agenda de reformas económicas.
La última gran reforma para fortalecer la dolarización tuvo lugar en los últimos meses del gobierno de Lenín Moreno. Esta reforma, conocida como “Ley de Defensa de la Dolarización”, prohíbe legalmente la dolarización digital.
En su informe, distribuido entre los principales clientes de Santander US Capital Markets LLC, Morden subraya que cualquier forma de moneda digital no sustituye los pagos internacionales y posiblemente tampoco los pagos nacionales.
Esta preocupación se intensifica especialmente si surge una ola de retiros de depósitos bancarios, exacerbada por la incertidumbre y la desconfianza.
Además de la moneda digital, los inversores internacionales temen que un gobierno populista pueda intervenir en la liquidez bancaria para financiar el gasto público.
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