A pesar de que el último programa de crédito entre Ecuador y el Fondo Monetario Internacional (FMI) finalizó en diciembre de 2022, la relación con este organismo se mantiene activa en 2023 a través de asistencias técnicas. Sin embargo, surge la incógnita sobre cuán estrecha será esta relación en 2024, cuando un nuevo Gobierno asuma la presidencia con apenas un año y medio en el poder.
La deuda de Ecuador con el FMI alcanzó los USD 8,108.5 millones en junio de 2023, convirtiéndolo en el quinto mayor deudor a nivel mundial ante este organismo financiero y el segundo en América Latina, después de Argentina.
En este contexto, se espera que el FMI realice la consulta del Artículo IV en Ecuador durante los primeros meses de 2024, una vez que el nuevo presidente asuma su cargo. La consulta del Artículo IV implica que un equipo del FMI visite el país para recopilar información económica y financiera, fundamental para elaborar un informe. Este proceso permite a los países mantener la posibilidad de acceder a nuevos créditos del FMI, según explica Francisco Rivadeneira, exrepresentante de Ecuador ante el FMI.
Además de mantener la puerta abierta a futuros créditos, esta consulta proporciona información clave sobre la situación económica del país y la visión del FMI respecto a sus desafíos y necesidades, siendo un insumo relevante para otros inversionistas internacionales y multilaterales.
Sin embargo, hablar de la relación con el FMI puede implicar un desafío político debido a la percepción de la ciudadanía sobre las condiciones y restricciones asociadas a los programas con este organismo. Por ende, los candidatos presidenciales han evitado abordar abiertamente su posición respecto al FMI, prefiriendo mencionar el uso de las reservas internacionales custodiadas por el Banco Central para cubrir las necesidades de recursos.
A pesar de los desafíos económicos que enfrenta Ecuador, como el Fenómeno de El Niño y la crisis de seguridad, y la necesidad de pagar deudas adquiridas en años anteriores, las opciones para obtener fondos son limitadas. Emitir bonos en el mercado internacional se percibe como costoso y China, tradicional financista de gobiernos latinoamericanos, enfrenta dificultades económicas.
En este contexto, se estima que un acuerdo de mediano plazo con el FMI para obtener recursos suficientes para sortear el déficit presupuestario es improbable, dadas las metas que implicaría y el poco tiempo disponible. Es más factible acceder a préstamos para atender situaciones de emergencia, similar al desembolso de USD 364 millones tras el terremoto de 2016.
Aunque las perspectivas son desafiantes, el FMI ha expresado su compromiso de continuar apoyando a Ecuador, brindando asesoramiento sobre políticas económicas y opciones de préstamos. Las visitas técnicas planificadas para 2024 sugieren que la puerta con el FMI podría seguir abierta, independientemente del próximo presidente.
Fuente: Ecuador en vivo
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