La preocupación por la imagen ha llegado a todos los espacios, incluso al gimnasio. Muchas personas optan por usar maquillaje durante el entrenamiento, pero ¿realmente es seguro para la piel? Diversos especialistas advierten que esta práctica puede ser perjudicial si no se toman las medidas adecuadas.
Al ejercitarse, la temperatura corporal sube y la piel transpira para eliminar toxinas. Los poros se dilatan como parte de ese proceso. Si hay maquillaje en el rostro, este puede mezclarse con el sudor, bloqueando los poros y provocando granos, puntos negros o irritaciones.
Riesgos comunes para el cuidado de la piel
Los dermatólogos coinciden en que usar maquillaje durante el ejercicio puede empeorar problemas cutáneos. La obstrucción de los poros no solo genera acné, sino que también puede causar infecciones si no se retira el maquillaje a tiempo. Además, el sudor puede hacer que el maquillaje se corra, generando molestias en los ojos o aspecto poco estético.
Algunos productos cosméticos, sobre todo los más densos o grasos, aumentan el riesgo de irritación. Por ello, el cuidado de la piel antes de hacer ejercicio es fundamental, según la opinión de expertos como Paloma Cornejo, miembro de la AEDV.

Alternativas para quienes no renuncian al cuidado de la piel
Existen soluciones para quienes desean mantener una imagen cuidada sin sacrificar el cuidado de la piel. Los productos no comedogénicos, como algunos protectores solares con color, pueden ofrecer una opción intermedia. Estos no tapan los poros y aportan una leve cobertura que resulta suficiente para muchas personas.
Esta estrategia es especialmente útil para actividades al aire libre, donde el sol puede afectar la piel. De esta forma, se consigue una protección adecuada sin aumentar los riesgos asociados al maquillaje tradicional.
Antes y después del ejercicio importa en el cuidado de la piel
Una rutina de limpieza adecuada es clave para mantener el cuidado de la piel. Lo ideal es desmaquillar el rostro antes de entrenar y volver a lavarlo una vez terminado el ejercicio. Usar productos suaves, como agua micelar, y aplicar hidratantes adecuados ayuda a reducir los efectos negativos.
Además, secarse con toallas limpias y evitar tocarse la cara con las manos sucias también forma parte del protocolo básico de higiene facial. Estos pasos sencillos evitan muchas complicaciones.
Equilibrio entre estética y salud
Aunque lo ideal sería entrenar con el rostro completamente limpio, se entiende que algunas personas prefieren no hacerlo. En esos casos, el cuidado de la piel no debe dejarse de lado. Consultar con un dermatólogo sobre productos adecuados puede marcar la diferencia.
Mantener la piel sana es tan importante como mantenerse en forma. Y con decisiones informadas, es posible alcanzar ambos objetivos sin comprometer uno por el otro.
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