La vicepresidenta Verónica Abad se encuentra en medio de un escenario legal complejo, convocada a comparecer en el caso conocido como “Nene”, donde su hijo está bajo investigación por presunto tráfico de influencias en la Vicepresidencia. La cita está programada para el 28 de mayo de 2024 a las 16:00, según el abogado de la familia, Oswaldo Trujillo. Sin embargo, Trujillo ha anunciado que solicitarán aclaraciones sobre la naturaleza de esta comparecencia, buscando precisar si Abad será testigo o sospechosa en el caso.
Trujillo ha afirmado que presentarán una solicitud formal para que la Fiscalía esclarezca el rol de Abad en la comparecencia. Si se determina que su participación es como testigo, Trujillo señala que la ley prohíbe a Abad rendir testimonio en contra de su hijo. Por otro lado, si se le convoca como sospechosa, el abogado argumenta que el fiscal a cargo debería inhibirse del caso y remitirlo a la unidad correspondiente de la Fiscalía General del Estado, debido al fuero de Corte Nacional que ostenta la vicepresidenta.
Esta situación arroja luz sobre la complejidad legal y las implicaciones políticas de la comparecencia de Abad en el caso “Nene”. La incertidumbre sobre su papel en la investigación genera tensiones adicionales en un contexto ya tenso, marcado por la relación problemática entre Abad y Noboa, así como por las implicaciones de estas acusaciones para la reputación y la estabilidad del gobierno.
En conclusión, la comparecencia de la vicepresidenta Verónica Abad en el caso “Nene” plantea importantes interrogantes legales y políticos. La clarificación sobre su papel en la investigación, ya sea como testigo o sospechosa, será crucial para determinar el curso de los acontecimientos y las posibles repercusiones tanto a nivel personal como institucional.
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