El inicio del cónclave en Roma, que busca elegir al sucesor del Papa Francisco, se vio empañado por la polémica exclusión del único cardenal keniano. Declaraciones contradictorias entre el Vaticano y el propio cardenal abren interrogantes sobre los criterios de participación.

Inicia el cónclave en Roma: ambiente solemne marcado por el desconcierto
Este miércoles 7 de mayo de 2025, a las 10:00 (hora local), dio inicio en la Capilla Sixtina el esperado cónclave para elegir al nuevo Papa, tras el fallecimiento del pontífice Francisco. Como dicta la tradición eclesiástica, 133 cardenales con derecho a voto ingresaron al recinto más emblemático del Vaticano. Sus puertas fueron cerradas con llave, dando paso a un proceso riguroso y envuelto en absoluto secreto.
Sin embargo, la atmósfera espiritual y protocolar que suele caracterizar este histórico evento fue alterada por una controversia inesperada: la exclusión del cardenal keniano John Njue del proceso de elección. La situación provocó conmoción tanto dentro como fuera de la Iglesia. Especialmente en África, donde crecen las vocaciones católicas y la influencia eclesiástica.
Un cardenal excluido sin explicación convincente
El cardenal John Njue, de 79 años y arzobispo emérito de Nairobi, manifestó su desconcierto públicamente al señalar que no recibió ninguna invitación oficial para asistir al cónclave. “Aquellos que acuden allí para la elección suelen recibir invitaciones oficiales. Eso no ha sucedido por mi parte. No he sido invitado”, afirmó en una entrevista con el diario keniano Daily Nation.
Asimismo, desmintió las versiones que alegaban problemas de salud como motivo de su ausencia. “No es por motivos de salud. No sé, es difícil hacer comentarios sobre esto”, dijo, reflejando desconcierto e impotencia ante una situación que, según él, escapa de su control.
Declaraciones contradictorias desde la jerarquía eclesiástica
Frente a las declaraciones del cardenal Njue, el arzobispo de Nairobi, monseñor Philip Anyolo, difundió un comunicado asegurando que sí se le había extendido una invitación formal a través de la Nunciatura Apostólica en Kenia. “El nuncio apostólico, de acuerdo con la Oficina del Arzobispo de Nairobi, comunicó debidamente a la oficina competente de la Santa Sede. Debido a su actual estado de salud, Su Eminencia el cardenal John Njue no podrá viajar a Roma y participar en el cónclave”, afirmó Anyolo.
Esta versión contradice directamente las declaraciones del propio Njue, generando especulaciones sobre si hubo una omisión real en la entrega de la invitación. Pero también si existen razones de fondo que motivaron su exclusión.
El debate sobre la edad y la representación del sur global
Una de las hipótesis más comentadas es la posible exclusión del cardenal Njue debido a su edad. El límite establecido para participar en el cónclave es de 80 años. Aunque se lo sitúa oficialmente como nacido en diciembre de 1944, él asegura que esa fecha fue corregida recientemente en el Anuario Pontificio. Por eso, todavía se encuentra por debajo del umbral permitido.
Más allá del detalle cronológico, su ausencia ha encendido un debate mayor sobre la escasa representación de los países del sur global —especialmente África— en los procesos decisorios de la Iglesia. En momentos donde las vocaciones religiosas y el crecimiento del catolicismo son más fuertes en continentes como el africano, la exclusión de uno de sus más altos representantes ha sido vista por muchos como un retroceso. Se percibe así en la integración real de la diversidad dentro de la jerarquía eclesiástica.
¿Cómo funciona el cónclave papal?
El cónclave se rige por normas establecidas desde el siglo XIII. Una vez los cardenales ingresan a la Capilla Sixtina, permanecen encerrados sin comunicación exterior hasta alcanzar una decisión por mayoría de dos tercios. Cada jornada de votaciones se señala por el humo que emana de la chimenea. El humo es negro si no hay acuerdo. En cambio, el humo es blanco cuando se ha elegido al nuevo pontífice.
Este proceso, consagrado por la constitución Ubi periculum de 1274 y reforzado en siglos posteriores, representa uno de los eventos más solemnes del catolicismo. El hecho de que este cónclave comience con controversias respecto a la exclusión de un cardenal genera una sombra. Se cuestiona su legitimidad y transparencia ante algunos sectores críticos.
Un episodio que deja heridas abiertas
La polémica en torno al cardenal John Njue no solo es un episodio aislado, sino una señal de las tensiones internas que aún permean la Iglesia Católica. Mientras se busca a un nuevo Papa que pueda guiar a la comunidad de fieles en un mundo convulsionado, esta exclusión pone sobre la mesa temas como la representatividad, la transparencia en los procesos vaticanos y el verdadero alcance de la universalidad del catolicismo.
Fuente: Mundo Deportivo
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