Impacto del uso de redes sociales en el trabajo: un análisis integral
En un entorno cada vez más digitalizado, el uso de redes sociales en el trabajo se ha convertido en un fenómeno complejo. Los dispositivos móviles integrados a la jornada laboral difuminan la línea entre lo personal y profesional. De acuerdo con Betzabel García, docente experta de BIU University, el uso de redes sociales en el trabajo no regulado afecta negativamente el bienestar mental, la atención y el rendimiento del colaborador. Esta realidad demanda una mirada profunda sobre sus consecuencias.

El fenómeno de la atención fragmentada y la ansiedad
El uso de redes sociales en el trabajo genera un efecto conocido como “atención fragmentada”. Esta condición deteriora la memoria de trabajo y limita la capacidad de pensamiento profundo, afectando la concentración. García señala que este fenómeno está ligado a una dependencia psicológica denominada “miedo a perderse algo” (FoMO). Contrariamente a lo esperado, el uso de redes sociales en el trabajo desconecta emocional y cognitivamente a los colaboradores.
Un estudio reciente de Emerald Insight (marzo de 2025) confirma que el uso de redes sociales en el trabajo incrementa el agotamiento laboral, debido a interrupciones frecuentes y sobreestimulación. Además, la Academy of Management Journal (2023) estableció una correlación positiva entre el uso incontrolado de redes sociales en el trabajo y la reducción de la satisfacción laboral, así como la desconexión emocional.
De la prohibición a la gestión estratégica digital
Más allá de prohibir el uso de redes sociales en el trabajo, el desafío radica en gestionarlo estratégicamente. Betzabel García enfatiza la necesidad de educar en alfabetización digital y emocional dentro de las organizaciones. Establecer políticas claras sobre dispositivos personales y fomentar el “Digital Wellbeing” son prácticas imprescindibles. Empresas como Google y SAP ya aplican estas estrategias.
La experta aclara que la clave no es simplemente desconectar, sino reconectar con propósito. La autorregulación y un liderazgo empático deben guiar los hábitos digitales. Ignorar esta gestión puede generar “burnout digital”, un riesgo emergente reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que asocia las interrupciones constantes y el exceso de información con ansiedad, insomnio y fatiga emocional.
Liderazgo consciente y cultura digital saludable
El rol de los líderes es fundamental para fomentar un uso saludable de redes sociales en el trabajo. No se trata únicamente de optimizar la productividad, sino de modelar comportamientos saludables. Evitar mensajes fuera del horario laboral y promover reuniones sin pantallas son ejemplos prácticos. Además, capacitar a los equipos en técnicas de gestión del tiempo, como la Técnica Pomodoro, respaldada por la neurociencia, ayuda a prevenir la fatiga cognitiva.
Empresas como Volkswagen en Alemania limitan el envío de correos fuera del horario laboral. En América Latina, según LinkedIn 2025, el 63% de empleados reportan mayor productividad al permitir desconexión digital en momentos clave del día.
Recomendaciones para organizaciones ecuatorianas
- Definir normas claras sobre el uso de redes sociales en el trabajo, tanto dentro como fuera del horario laboral.
- Capacitar en salud digital y emocional, incorporando pausas digitales conscientes.
- Medir indicadores de bienestar digital como parte integral del plan de salud ocupacional.
- Liderar con el ejemplo, promoviendo hábitos de autocuidado digital entre los jefes.
- Crear espacios libres de tecnología para favorecer la reconexión interna de los equipos.
Estamos frente a una transformación cultural en la que el bienestar digital se convierte en un indicador vital. BIU University apuesta por formar líderes conscientes que equilibren estrategia con salud emocional, concluye Betzabel García.
Fuente: BIU UNIVERSITY
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