Cuando se trata de elegir pan, los supermercados ofrecen una abrumadora variedad de opciones. Sin embargo, gran parte del pan disponible pertenece a la categoría de ultra-procesados (UPF), debido a la inclusión de aditivos industriales, grasas modificadas y otros ingredientes artificiales. Por lo tanto, conocer sus implicaciones en la salud se vuelve fundamental.
La tendencia del pan de masa madre
Durante el confinamiento por Covid-19, muchas personas, incluyéndome, comenzaron a hornear pan de masa madre. Al principio, lo hice por su sabor, pero pronto descubrí los riesgos asociados al consumo frecuente de ultra-procesados (UPF). A diferencia del pan industrial, la masa madre solo requiere harina, agua, sal y un fermento natural, sin conservantes ni químicos añadidos.
El método Chorleywood y su impacto
A finales de los años 50, se desarrolló en el Reino Unido el método Chorleywood, que permitía producir pan más rápido utilizando grasas endurecidas, enzimas, oxidantes y emulsionantes. Aunque fue pensado para ayudar a pequeños panaderos, terminó siendo adoptado por grandes industrias. Como resultado, aproximadamente el 80% del pan en supermercados se elabora con este proceso, y, por tanto, se considera ultra-procesado (UPF).
Consecuencias para la salud
Los panes industrializados contienen frecuentemente más de cinco ingredientes, muchos de los cuales son desconocidos para el consumidor promedio. Algunos, como el bromato de potasio (prohibido en varios países), se han asociado a riesgos cancerígenos. Además, un estudio de 2020 reveló que el 54% de las calorías que consumen los británicos provienen de ultra-procesados (UPF), lo cual se relaciona con enfermedades metabólicas y sobrepeso.
Pan integral versus pan blanco
El pan integral conserva todas las partes del grano: germen, salvado y endospermo. Por esta razón, es rico en fibra, antioxidantes, proteínas y minerales. En contraste, el pan blanco —frecuentemente clasificado como ultra-procesado (UPF)— ha perdido estos nutrientes durante el refinamiento. Sustituir el pan blanco por opciones integrales puede mejorar la salud intestinal, reducir el riesgo cardiovascular y contribuir al control del peso corporal.
Innovaciones en pan blanco saludable
Actualmente, investigadores británicos están desarrollando un pan blanco con sabor y textura tradicional, pero con el valor nutricional del pan integral. Para lograrlo, utilizan cereales como teff, mijo y sorgo, así como legumbres como arvejas y garbanzos. El objetivo es ofrecer una alternativa sin los aditivos típicos de los ultra-procesados (UPF).
Elegir mejor: una decisión consciente
Si bien el pan de masa madre artesanal puede ser costoso y poco accesible para muchos, leer la etiqueta nutricional puede ayudar a evitar productos ultra-procesados (UPF). El pan integral de supermercado con pocos ingredientes reconocibles es una mejor opción. Además, congelar el pan permite conservarlo sin necesidad de conservantes artificiales.
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Fuente:
https://www.bbc.com/
