El juicio civil contra Donald Trump y dos de sus hijos, acusados de haber inflado el valor de sus activos inmobiliarios, inició este lunesen Nueva York, amenazando su imperio y como preludio de una seguidilla de procesos que el republicano favorito para la presidencial de 2024 denuncia de “simulacro” de justicia.
“Estamos ante una fiscal general racista que montó un espectáculo de terror”, deploró Trump ante la prensa. “Es una farsa”, dijo el expresidente de Estados Unidos antes de ingresar a la audiencia en la Corte Suprema del Estado de Nueva York, donde compareció en calidad de testigo.
Aunque Trump no puede ser condenado a prisión por esta acusación, el juicio es un anticipo de una serie de casos legales que amenazan con perturbar su campaña por la nominación republicana.
Casos judiciales no afectan su popularidad
El magnate está además inculpado en lo penal en cuatro casos diferentes en Estados Unidos, aunque por el momento no han hecho mella en su popularidad entre las bases republicanas.
Está previsto que el exmandatario comparezca ante un tribunal federal de Washington el 4 de marzo para responder por las acusaciones de haber intentado desde la Casa Blanca revertir el resultado de las elecciones presidenciales de 2020, que ganó el demócrata Joe Biden.
Posteriormente, volverá a sentarse en un banquillo en Nueva York por fraude contable, y después en Florida por manejo negligente de documentos confidenciales tras dejar la presidencia.
Fraude continuado
Con respecto al juicio civil comenzado este lunes, la fiscal general Letitia James, equivalente a ministra estadual de Justicia, advirtió afuera del tribunal que “la justicia prevalecerá” y acusó al multimillonario neoyorquino de 77 años de “fraudes reiterados”.
Este juicio adquirió una importancia considerable la semana pasada cuando el juez Arthur Engoron, que lo preside, dictaminó que se había demostrado la existencia de “fraude continuado“ y que la fiscalía general del Estado de Nueva York ya había demostrado que Trump y los directivos de su grupo habían “sobrevalorado” su patrimonio entre 812 millones y 2.200 millones de dólares de 2014 y 2021.
En consecuencia, el juez ordenó la revocación de los permisos comerciales en el estado de Nueva York de Donald Trump y de dos de sus hijos, Eric Trump y Donald Trump Jr, vicepresidentes ejecutivos de la Organización Trump, así como la confiscación de las empresas objeto de la demanda, que se confiarán a liquidadores.
Podría perter el control de la Trump Tower
Donald Trump, que amasó su fortuna en el sector inmobiliario y los casinos en los años 80 y prometió dirigir Estados Unidos como sus empresas, perdería entonces el control de varios de los edificios emblemáticos de su grupo, como la Trump Tower, en la 5ª Avenida de Manhattan.
Estas propiedades están en el centro de las acusaciones de la fiscal Letitia James: la superficie del apartamento del empresario en la Torre Trump se triplicó y el edificio del número 40 de Wall Street se sobrevaloró entre 200 y 300 millones de dólares en los estados financieros.
Entre otras cosas del dosier figuran la lujosa residencia Mar-a-Lago de la Organización Trump en Florida y varios campos de golf. La fiscal también solicita el reconocimiento de otras infracciones a la legislación financiera y una multa de 250 millones de dólares.
Fuente: dw.com
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