El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó que impondrá aranceles de hasta un 70% a ciertas importaciones de “algunos países”. Utiliza esta estrategia como herramienta de presión en las negociaciones bilaterales. Estas negociaciones se mantienen con más de 14 naciones. Mientras tanto, busca fortalecer la industria manufacturera estadounidense y redefinir las reglas del comercio global.

Aranceles escalonados y cartas como método de presión
Durante una reunión de gabinete, Trump detalló que enviará cartas formales a los líderes de los países afectados. Notificará los nuevos aranceles que podrían oscilar entre un 60% y un 70% para ciertos socios. Mientras que otros recibirán tasas de entre el 10% y el 20%. Trump justificó este método señalando que representa “una forma más poderosa” de comunicar los cambios en la política comercial de Washington.
“Es una mejor manera. Te enviamos una carta, la lees y creo que estuvo bien redactada”, afirmó el presidente. Él considera esta estrategia como un cierre al período de negociación de 90 días que había otorgado previamente.
Prórroga hasta el 1 de agosto y advertencia de no más extensiones
Inicialmente, los nuevos aranceles iban a entrar en vigor esta semana. No obstante, Trump firmó una orden ejecutiva para extender el plazo hasta el 1 de agosto de 2025. Así busca dar espacio adicional a los países para cerrar acuerdos con Estados Unidos. Sin embargo, el mandatario advirtió que no concederá más prórrogas. Afirmó en Truth Social que “LOS ARANCELES COMENZARÁN A COBRARSE EL 1 DE AGOSTO DE 2025” y que “no habrá cambios en esta fecha”.
Pese a esta postura firme, Trump también indicó que la fecha podría ajustarse si recibe mayores concesiones por parte de los países involucrados. Dejó entrever cierta flexibilidad estratégica para cerrar acuerdos bilaterales favorables a los intereses de Estados Unidos.
Incertidumbre en Wall Street y en las negociaciones
El anuncio generó incertidumbre tanto en Washington como en los mercados financieros. Wall Street reaccionó de manera cauta. El índice S&P 500 fluctuó cerca de los 6.200 puntos tras un breve descenso. Esto ocurrió en un contexto donde la política de aranceles se ha convertido en una herramienta para presionar el reacomodo de empleos manufactureros dentro de territorio estadounidense.
Hasta el momento, Estados Unidos ha cerrado acuerdos marco con Reino Unido y Vietnam. Además, mantiene una tregua arancelaria con China y aplica aranceles del 25% a Japón y Corea del Sur, ambos proveedores relevantes de importaciones estadounidenses. Otros países como Sudáfrica enfrentan tasas del 30%, mientras que Laos y Myanmar están sujetos a aranceles del 40%.
La estrategia arancelaria como herramienta de política industrial
La ofensiva arancelaria de Trump no solo busca modificar flujos comerciales. También intenta reposicionar a Estados Unidos como un hub de manufactura. Esta estrategia está en línea con las promesas de campaña de fortalecer el empleo interno en este sector.
Desde abril de 2025, cuando se anunció inicialmente el plan de aranceles recíprocos a más de 50 socios comerciales, el gobierno redujo temporalmente los aranceles al 10% durante un período de 90 días para facilitar negociaciones. En consecuencia, el plazo ahora se extiende hasta agosto.
Posibles represalias y tensiones globales
Trump advirtió que cualquier represalia de los países afectados resultará en un aumento proporcional de los aranceles estadounidenses. Así, él mantiene una postura firme frente a las posibles respuestas comerciales que puedan surgir en las próximas semanas.
Este nuevo capítulo en la política arancelaria de Estados Unidos podría reconfigurar las relaciones comerciales con socios estratégicos. Se observan con atención las reacciones de economías como China, Japón y Corea del Sur, así como de la Unión Europea y América Latina. Estas economías podrían verse impactadas por esta nueva política arancelaria.
El anuncio de Donald Trump sobre la imposición de aranceles de hasta 70% a ciertas importaciones marca un momento crítico en la política comercial de Estados Unidos. Este hecho ocurre en un contexto de renegociación de relaciones económicas globales. Se observa con la mirada puesta en las repercusiones que esta estrategia pueda tener tanto para la industria estadounidense como para la estabilidad de los mercados internacionales.
La fecha del 1 de agosto de 2025 será clave para determinar si estas amenazas se consolidan en una política firme. O si se convierten en un punto de presión para nuevas negociaciones que definan el comercio global en los próximos años.
Fuente: Infobae
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