En el programa Summer Work and Travel, la oportunidad de trabajar en Estados Unidos durante temporadas representa un atractivo particular para los jóvenes ecuatorianos. Jesús, un estudiante universitario ecuatoriano, destaca el impacto significativo que tiene el sueldo en esta decisión. Con un salario de $15 por hora y horarios completos de ocho horas, Jesús experimenta un nivel de ganancias que supera ampliamente lo que podría conseguir en su país natal.
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Esta percepción es común entre los jóvenes ecuatorianos, como lo demuestran los datos del Departamento de Estado estadounidense, que muestran que Ecuador ocupó el tercer lugar en términos de participantes en 2023, con 5,075 individuos, solo superado por Perú y Colombia.
La experiencia de Daniela y las condiciones laborales
Para Daniela, quien participó en el programa en 2019, la motivación principal también fue económica. Aunque su salario de $7.50 por hora se ubicaba apenas por encima del salario mínimo federal de $7.25 la hora, su capacidad para obtener ingresos adicionales a través de propinas y trabajos adicionales hacía que la experiencia fuera atractiva.
Sin embargo, su experiencia también ilustra los desafíos que enfrentan los participantes en el programa, especialmente durante la temporada baja. La reducción de horas de trabajo y las condiciones de vivienda precarias, como compartir espacio con un gran número de personas y recibir menos de lo prometido, muestran una realidad que contrasta con la imagen idealizada del programa.
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Evolución del programa y críticas en Estados Unidos
Desde su inicio en 1961 como un esfuerzo diplomático y de intercambio cultural durante la Guerra Fría, el programa Summer Work and Travel ha evolucionado hacia un enfoque más centrado en la contratación de trabajadores temporales. Catherine Bowman, una socióloga estadounidense especializada en migración, señala que las regulaciones laxas y las alianzas público-privadas han transformado el programa en una herramienta para satisfacer las necesidades laborales temporales de las empresas estadounidenses. Esta evolución ha generado críticas, ya que algunos argumentan que el programa puede ser explotado por las empresas para obtener mano de obra barata, especialmente en un contexto de inflación alta y desaceleración económica.
Beneficios para las empresas en Estados Unidos y riesgos para los migrantes
Guillermo Granja, un economista ecuatoriano, reconoce que el programa puede resultar beneficioso para las empresas estadounidenses al ofrecerles una fuente de trabajo temporal rentable. Sin embargo, advierte sobre el riesgo de explotación laboral que enfrentan los migrantes, especialmente en un momento de incertidumbre económica.
Aunque el programa ofrece oportunidades laborales para los migrantes latinos, es crucial abordar las preocupaciones sobre las condiciones laborales y la protección de los derechos de los trabajadores para garantizar que el programa cumpla con sus objetivos originales de intercambio cultural y desarrollo profesional.
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