- La COP30, conferencia anual de la ONU donde los países negocian acciones globales para enfrentar el cambio climático, puso en el centro del debate la resiliencia de las infraestructuras, la descarbonización y la adopción de tecnologías para reducir emisiones de CO2.
- El CO2 almacenado puede reutilizarse y esta práctica forma parte de un enfoque conocido como Captura, Transporte, Usos y Almacenamiento de carbono (CCUS). Aunque el almacenamiento geológico busca encerrarlo de forma permanente, en ciertos casos se puede recuperar para darle una segunda vida en distintas aplicaciones industriales y reducir su huella climática.
- “La ciudad sostenible se construye de fuera hacia dentro”, afirma Alejandro Bosqued, experto de la Universidad Nebrija, al destacar que un buen planeamiento urbano es la base para desarrollar infraestructuras resilientes que aceleren el cumplimiento de los ODS a nivel local.
La incorporación de las tecnologías de captura, transporte, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) se consolidan como una herramienta clave para enfrentar el calentamiento global, frente a otras como la adaptación urbana. Así lo advierten expertos de la Universidad Nebrija, en una valoración general del resultado de la COP30, conferencia anual de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, que acaba de celebrarse en Belém (Brasil) con más de 40.000 participantes, y en la que se discutió acerca de las opciones para acelerar la acción climática desde distintos frentes.
El CO2 almacenado puede reutilizarse y esta práctica forma parte de un enfoque conocido como Captura, Transporte, Usos y Almacenamiento de carbono (CCUS). Aunque el almacenamiento geológico busca encerrarlo de forma permanente, en ciertos casos se puede recuperar para darle una segunda vida en distintas aplicaciones industriales. De este modo, estas tecnologías se consolidan como una pieza estratégica para reducir la huella climática especialmente en sectores industriales de difícil abatimiento. En palabras de Carlos de Dios, director académico del Máster Executive en Recuperación de CO₂ de la Universidad Nebrija: “Estas tecnologías son altamente innovadoras tanto a nivel de desarrollo individual como de cadena de valor, e implican a diversas disciplinas científicas y técnicas”.
Durante la COP30, se presentaron iniciativas destinadas a acelerar la reducción de emisiones en industrias de alto impacto. Países y organismos multilaterales promovieron compromisos para transformar sectores como el energético, reforzando la medición rigurosa de emisiones, la eliminación progresiva de prácticas altamente contaminantes y la creación de mecanismos de apoyo para naciones con menor capacidad tecnológica.
En este marco, De Dios señala que implementar CCUS como solución industrial permite abordar emisiones complejas, como las generadas por la aviación, el transporte marítimo o la producción de cemento. Estas tecnologías se alinean con la tendencia global hacia cadenas de valor más limpias, mercados energéticos menos intensivos en carbono y una mayor cooperación internacional para acelerar la transición energética.
Si bien su despliegue avanza con más rapidez en la Unión Europea y Estados Unidos, el experto advierte que para que las CCUS sean viables en América Latina es indispensable desarrollar un marco regulatorio claro, habilitar mecanismos de financiamiento y promover su conocimiento tanto en el ámbito académico como en el industrial.
Infraestructura resiliente: un reto clave en la COP30
De manera complementaria, el Dr. Alejandro Bosqued Navarro, arquitecto y director del Máster Universitario en Sostenibilidad Arquitectónica de la Universidad Nebrija, destaca que la resiliencia de las infraestructuras ha avanzado en normativa, diseño y herramientas de evaluación; sin embargo, muchas de ellas aún no están preparadas para enfrentar los escenarios climáticos extremos que se vuelven cada vez más frecuentes.
Ante este panorama, Bosqued señala la necesidad de impulsar inversiones masivas en la rehabilitación y adaptación de infraestructuras existentes, al tiempo que se integran criterios de resiliencia, descarbonización y economía circular en los nuevos proyectos. Para ello, es imprescindible alinear decisiones técnicas, financiamiento y políticas públicas.
Sus reflexiones retoman uno de los debates centrales de la COP30: pasar de la planificación a la implementación real de proyectos que preparen a las ciudades para los riesgos climáticos del futuro. Bosqued propone una hoja de ruta en la que la ciudad sostenible se construye “de fuera hacia dentro”: primero, desde un planeamiento urbano que reduzca desplazamientos, proteja el territorio y priorice el espacio público, el transporte sostenible y la naturaleza; luego, mediante infraestructuras y edificaciones resilientes de baja demanda energética. Cuando este enfoque se consolida, las infraestructuras se convierten en palancas para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a escala local.
El rol de la academia en la transición climática
La Universidad Nebrija ha convertido la sostenibilidad en una línea estratégica de su proyecto educativo. Su Máster Universitario en Sostenibilidad Arquitectónica: Diseño y Gestión forma profesionales capaces de diseñar y liderar proyectos alineados con los ODS, la descarbonización y las nuevas exigencias europeas en materia ambiental.
Asimismo, el máster en Recuperación de CO2 fortalece la capacitación en tecnologías CCUS, un campo con creciente inversión y demanda laboral en los próximos años, especialmente por su impulso desde Europa. De esta forma, la universidad contribuye a preparar a los profesionales para que liderarán la transformación sostenible a nivel global.
Sobre la Universidad Nebrija
La Universidad Nebrija es una entidad académica de referencia que se distingue por la alta empleabilidad de sus estudiantes, sus fuertes vínculos con el mundo empresarial y el decidido enfoque internacional de su modelo educativo.
La oferta docente de la Universidad Nebrija se agrupa en torno a las facultades de Ciencias Sociales (Derecho, CADE, Relaciones Internacionales, Turismo, Seguridad y Psicología), de Comunicación y Artes (Periodismo, Comunicación Audiovisual, Publicidad, Relaciones Públicas, Marketing, Moda, Bellas Artes y Artes Escénicas), de las Lenguas y Educación (Lingüística, Lenguas y Educación), de la Escuela Politécnica (Ingeniería Industrial, Mecánica, del Automóvil, Informática, Arquitectura, Diseño de Interiores) y del Centro de Ciencias de la Salud San Rafael-Nebrija (Enfermería y Fisioterapia). Con sede en Madrid, la Universidad cuenta con casi 10.000 alumnos entre estudiantes de grado y postgrado y con cerca de 25.000 exalumnos en todo el mundo.
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