Una problemática persistente y multidimensional
La tecnología y educación familiar para combatir la desnutrición crónica infantil en Ecuador se ha consolidado como una estrategia clave ante una realidad alarmante. Según la Encuesta Nacional de Desnutrición Infantil 2023–2024, el 19,3 % de menores de dos años en el país sufre de desnutrición crónica. Este fenómeno, influenciado por factores estructurales como el limitado acceso a agua potable —carencia que afecta a más del 56 % de hogares rurales—, impacta negativamente en el desarrollo físico y cognitivo infantil. La contaminación hídrica en tres de cada diez hogares solo agrava esta situación sanitaria.

Un espacio para el diálogo y la acción colectiva
Frente a este desafío, las I Jornadas de Intercambio sobre Desnutrición Crónica Infantil reunieron a expertos nacionales e internacionales. Organizado por la Universidad Técnica de Ambato (UTA), la Fundación REDNI y ECUARUNARI, el evento ofreció un espacio de discusión para promover la tecnología y educación familiar para combatir la desnutrición crónica infantil en Ecuador. Participantes como la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) compartieron enfoques innovadores, centrados en el empoderamiento comunitario y la transferencia de conocimientos.
MIKUY: innovación con raíces comunitarias
Un ejemplo destacado fue la presentación de la app MIKUY, desarrollada por la Fundación REDNI y comunidades andinas, con el apoyo académico de UNIR. Esta aplicación promueve la tecnología y educación familiar para combatir la desnutrición crónica infantil en Ecuador desde una perspectiva culturalmente sensible. Pilar Villena, coordinadora del proyecto, explicó que MIKUY —palabra quechua que significa “comer”— ofrece contenido educativo adaptado a contextos locales sobre lactancia materna, higiene y alimentación. Su desarrollo participativo incluyó a madres, promotores de salud y lideresas comunitarias, asegurando así su pertinencia y utilidad práctica.
Lactancia, evidencia y sostenibilidad
Durante la jornada virtual, la investigadora Marta Caballero destacó que cada dólar invertido en lactancia materna podría ahorrar hasta 35 en salud pública. Esta afirmación refuerza la necesidad de implementar políticas eficaces que promuevan la tecnología y educación familiar para combatir la desnutrición crónica infantil en Ecuador, especialmente en contextos vulnerables. Además, la especialista María del Mar Rodríguez señaló que una intervención sostenible requiere no solo recursos, sino también acompañamiento comunitario y evaluación participativa.
Construcción colectiva para un cambio duradero
El evento concluyó enfatizando que el conocimiento compartido, cuando se construye desde las comunidades, tiene efectos transformadores. La tecnología y educación familiar para combatir la desnutrición crónica infantil en Ecuador se presenta, por tanto, como una vía efectiva para generar soluciones adaptadas, sostenibles y con verdadero impacto social. Como afirmó Villena, “diseñar con todas las personas no toma más tiempo… toma el tiempo correcto para que las soluciones se queden y crezcan”.
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