El desafío de la inteligencia artificial en las empresas
La inteligencia artificial se ha vuelto una prioridad para organizaciones que buscan mantenerse competitivas. La automatización, el análisis avanzado y los agentes inteligentes prometen eficiencia. Sin embargo, a medida que la IA se generaliza, surge un riesgo invisible pero peligroso: las “alucinaciones” de la IA.
Estas alucinaciones ocurren cuando la IA genera información convincente pero incorrecta, poniendo en riesgo decisiones críticas. En este contexto, la pregunta no es solo qué puede hacer la IA, sino quién supervisa a la IA. La supervisión de la IA es clave para garantizar confianza, precisión y seguridad en los resultados.
Impacto económico y ejemplos recientes
Según McKinsey, la inteligencia artificial aporta entre 2,6 y 4,4 billones de dólares a la economía global y afectará casi el 40 % de los empleos, según el FMI. Un ejemplo crítico ocurrió con Google Bard (ahora Gemini), que afirmó erróneamente que el Telescopio James Webb había fotografiado un exoplaneta por primera vez. Este error provocó pérdidas superiores a 100 mil millones de dólares para Alphabet Inc en un solo día.

Cómo ocurren las alucinaciones
A diferencia de una calculadora, un modelo de lenguaje aprende patrones mediante repetición. Predice resultados y no los verifica, lo que puede generar fallas graves. Por ejemplo, un analista financiero que usó un LLM con una tasa de alucinación del 4,5 % registró un gasto de $23 millones en lugar de $230 millones, generando pérdidas de $2,3 millones.
Estrategias de mitigación y supervisión humana
Las empresas destinan recursos a corregir errores y a supervisar la IA. Conectar modelos a herramientas externas puede reducir errores, pero no los elimina. La supervisión humana sigue siendo indispensable, y algunas organizaciones incluso implementan IAs que supervisan otras IAs.
En Latinoamérica, el mercado de la IA crecerá a 47.880 millones de dólares en 2031, con una CAGR del 26,25 %. Sin embargo, solo el 27 % de las empresas revisa todo el contenido generado por IA antes de usarlo, según McKinsey.
Conclusión: la IA como herramienta, no como sustituto
El éxito al usar inteligencia artificial depende de la estrategia, la supervisión humana y la implementación responsable. Las alucinaciones seguirán existiendo, por lo que aprender a detectarlas y mitigarlas es esencial. La IA no reemplaza la toma de decisiones críticas, sino que la complementa.
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