El movimiento indígena ecuatoriano enfrenta una coyuntura compleja tras el paro nacional de 2025. A diferencia de las movilizaciones masivas de 2019 y 2022, esta vez no existe un levantamiento unificado a escala nacional. Esta fragmentación marca el reto de Marlon Vargas en la Conaie, quien asumió la presidencia el pasado 9 de agosto y ahora debe enfrentar una crisis de unidad en medio de un contexto político delicado.
Una dirigencia nueva con un escenario dividido
Marlon Vargas, quien derrotó a Leonidas Iza en las elecciones internas de la organización, ha intentado consolidar una postura común. El 23 de agosto, durante una asamblea de la Comich (Confederación del Movimiento Indígena de Chimborazo), hizo un llamado urgente a la unidad de los pueblos y nacionalidades. Sin embargo, el reto de Marlon Vargas en la Conaie se acentúa ante la autonomía que ejerce cada organización regional.
Algunas organizaciones como la FICI han declarado una tregua para abrir el diálogo con el Gobierno. Por su parte, el Pueblo Kichwa Caranqui rechaza cualquier negociación. Esta disparidad demuestra que la dirección nacional no cuenta con una línea única ni clara para enfrentar al Ejecutivo.
Autonomía local y fragmentación interna
Ercilia Castañeda, vicepresidenta de la Conaie, resalta la naturaleza democrática del movimiento, basada en decisiones colectivas y el respeto a las autonomías. Pero admite que la situación actual exige una estrategia unificadora, uno de los grandes retos de Marlon Vargas en la Conaie.
Mientras tanto, en provincias como Imbabura, Chimborazo, Cotopaxi y Tungurahua, el paro ha sido desigual. En algunos casos, como en Cotopaxi, la resistencia se mantiene sin intención de dialogar. Rafael Negrete, del MICC, insiste en que no cederán hasta que se derogue el Decreto Ejecutivo 126, que eliminó el subsidio al diésel.
Factores que debilitan el respaldo al paro
Fernando Guamán, presidente de la Comich, identifica varios factores que debilitan la movilización. Primero, el efecto de los bonos sociales entregados por el Gobierno, como el bono Raíces. Segundo, las divisiones internas provocadas por posturas radicales y la influencia de partidos políticos, como la Revolución Ciudadana. Guamán acusa a la dirigencia anterior de haber dejado a la organización fragmentada, lo cual complica aún más el reto de Marlon Vargas en la Conaie.
Señala también que Vargas fue “empujado” a convocar al paro, pero no recibió el respaldo necesario desde las bases. La falta de apoyo en territorios clave como Cotopaxi y Tungurahua sugiere, según Guamán, un intento de boicot interno hacia la nueva dirigencia.
El Parlamento de los Pueblos y la propuesta de país
En paralelo, el Parlamento de los Pueblos trabaja en dos líneas: la construcción de una propuesta nacional en varios ejes (económico, social, político, fiscal y ambiental) y la articulación de acciones territoriales. Se espera que dicha propuesta se presente en la segunda semana de octubre. Este esfuerzo puede convertirse en una herramienta que ayude a enfrentar el reto de Marlon Vargas en la Conaie, siempre que logre canalizar el consenso entre los distintos sectores.
Un consejo ampliado definirá la hoja de ruta
Este 2 de octubre, en Quito, se llevará a cabo un consejo ampliado de la Conaie. Allí se podría definir finalmente si el movimiento indígena se abre al diálogo con el Gobierno o mantiene la resistencia. La decisión será crucial no solo para la coyuntura actual, sino para el futuro de la organización y el liderazgo de Vargas.
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