La era digital ha multiplicado las voces que ofrecen consejos sobre salud, pero no todas están respaldadas por evidencia científica. Un nuevo estudio publicado en JAMA Network Open revela que el 85% de las publicaciones sobre pruebas médicas en redes sociales contienen información engañosa o potencialmente dañina.
La medicina en manos de influentes sin formación
Los investigadores analizaron 982 publicaciones en Instagram y TikTok, hechas por influencers que suman en conjunto unos 200 millones de seguidores. La gran mayoría carecía de formación médica. Solo el 6% de las publicaciones incluía alguna evidencia científica.
El estudio se centró en cinco tipos de pruebas médicas populares, como resonancias magnéticas de cuerpo completo y análisis de testosterona. En casi todas las publicaciones, se omitieron advertencias sobre los riesgos, como el sobrediagnóstico o el uso excesivo de tratamientos.
Consejos que pueden hacer daño
El sobrediagnóstico no solo expone al paciente a pruebas innecesarias, sino que también desvía recursos de condiciones médicas que realmente requieren atención. Además, puede llevar a tratamientos innecesarios con efectos adversos, como dolores de cabeza inducidos por medicamentos.
Según los autores del estudio, las redes sociales están promoviendo una cultura de salud basada más en tendencias y beneficios económicos que en evidencia clínica. “Se necesita una regulación más estricta de la información médica engañosa en las redes sociales”, afirmaron.
La influencia del dinero detrás del contenido
Más de dos tercios de los influentes incluidos en la investigación recibían pagos por promover pruebas médicas. Esta práctica comercial puede generar un sesgo en la información, al exagerar beneficios y minimizar los riesgos.
Ejemplos recurrentes son las pruebas para detectar precozmente varios tipos de cáncer o los análisis del microbioma intestinal. Aunque se presentan como herramientas indispensables para la salud, su eficacia no está respaldada por estudios clínicos para su uso generalizado.
Cómo protegerse de la desinformación médica en línea
El estudio no solo alerta, también ofrece recomendaciones claras para navegar de forma más segura en el entorno digital:
- Verifique la fuente: Asegúrese de que quien da consejos tenga credenciales médicas reales.
- Desconfíe de promesas fáciles: Los tratamientos universales o milagrosos suelen ser falsos.
- Confirme la información: Consulte sitios fiables como la Clínica Mayo, el NHS o la OMS.
- Piénselo antes de compartir: Divulgar contenido falso puede amplificar el daño.
- Entrene su pensamiento crítico: Herramientas como Spot the Troll y Bad News ayudan a desarrollar habilidades de alfabetización mediática.

Una responsabilidad compartida
Bruce A. Scott, presidente de la American Medical Association, ya había advertido que “detrás de cada alegría veraniega hay un peligro no tan secreto”. La advertencia se amplía a las redes sociales, donde la popularidad no garantiza conocimiento, y la salud no debería depender de clics ni seguidores.
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