OpenAI, la compañía detrás de ChatGPT, ha decidido pausar sus planes de reestructuración hacia una entidad lucrativa. Esto ocurre luego de enfrentar una ola de críticas, demandas legales y una creciente presión por parte de autoridades regulatorias de Estados Unidos. En este contexto, se puede afirmar que OpenAI frena su transición hacia el modelo corporativo pensado. La organización anunció que su rama sin fines de lucro mantendrá el control permanente sobre sus productos de inteligencia artificial, incluido ChatGPT. Este anuncio marca un cambio respecto a su propuesta anterior que proponía trasladar el control a una nueva corporación de beneficio público.

Aprobación pendiente de autoridades estatales
Este replanteamiento aún no es definitivo. Para que se concrete, la propuesta de estructura empresarial debe recibir el visto bueno de las fiscalías generales de California y Delaware. De esa decisión depende el acceso a una financiación de hasta USD 30.000 millones, comprometida por inversionistas como SoftBank. Estos recursos son cruciales para que OpenAI continúe liderando el desarrollo de la inteligencia artificial generativa.
El origen idealista de OpenAI
Fundada en 2015 como un laboratorio sin fines de lucro con la misión de “beneficiar a toda la humanidad”, OpenAI ha tenido que adaptarse a las realidades del mercado y las necesidades de inversión. El idealismo inicial se enfrentó con los elevados costos de investigación y desarrollo, lo que llevó a la creación de una entidad con fines de lucro en 2019. Esta transición no ha estado exenta de controversias.
Elon Musk, una voz crítica
Uno de los críticos más visibles ha sido Elon Musk, cofundador de OpenAI, quien en 2024 presentó una demanda contra la organización. En su demanda, acusó a OpenAI de abandonar su misión original en favor de la rentabilidad. A pesar de este contexto en el que OpenAI frena su transición, un juez estadounidense rechazó su intento de detener los cambios corporativos de forma preliminar. Sin embargo, varias de sus alegaciones avanzaron hacia un juicio.
Todor Markov, exempleado de OpenAI, también señaló que la organización reaccionó al clamor público y la presión de los fiscales generales para mantener su misión original. Aunque consideró esto una “victoria para el público”, lamentó que solo ocurriera tras el escrutinio externo.
Microsoft y SoftBank: aliados clave bajo la lupa
El rol de Microsoft, mayor inversionista de OpenAI, también ha sido objeto de atención. Según informes de The Wall Street Journal, la empresa tiene poder de veto sobre los cambios de estructura. Mientras tanto, SoftBank ha evitado hacer declaraciones públicas, pero su compromiso financiero depende del curso que tome esta reestructuración.
El nuevo modelo: una PBC bajo control sin fines de lucro
Según el anuncio más reciente, la filial comercial de OpenAI se transformará en una corporación de beneficio público (PBC). Esta figura legal permite equilibrar los intereses sociales y financieros. La organización sin fines de lucro conservará la mayoría accionaria y el control estructural. Incluye el poder de nombrar o destituir a los directores del consejo de la PBC.
Esto permitirá que tanto empleados como inversionistas puedan poseer acciones directamente. Además, eliminará la restricción de “beneficio limitado”, lo que podría aumentar el atractivo financiero de la compañía. Sin embargo, no todos están convencidos de que este cambio asegure la continuidad de la misión filantrópica.
Activistas exigen mayor independencia y transparencia
Diversos grupos de defensa y activistas filantrópicos han advertido que la nueva estructura sigue siendo ambigua. Podría derivar en una apropiación empresarial de recursos originalmente benéficos. Solicitan que la organización sin fines de lucro obtenga una compensación justa por las acciones de la entidad lucrativa. Además, exigen garantías de separación efectiva entre las misiones filantrópicas y los intereses de mercado.
Robert Weissman, copresidente de Public Citizen, sostiene que aún no existen mecanismos sólidos que limiten a la entidad con fines de lucro. Para él, la supervisión de la organización sin fines de lucro parece simbólica más que sustancial.
Próximos pasos y supervisión regulatoria
Las fiscalías generales de Delaware y California han confirmado que están revisando minuciosamente la nueva propuesta de estructura. Kathy Jennings, fiscal de Delaware, expresó que verificará si el modelo propuesto respeta el propósito benéfico fundacional de OpenAI. Desde California, la portavoz Elissa Perez reafirmó el compromiso de examinar el plan y garantizar el cumplimiento legal.
Altman reafirma la identidad única de OpenAI
En una carta interna a los empleados, Sam Altman, CEO de OpenAI, enfatizó que la compañía “no es una empresa normal y nunca lo será”. Su mensaje apunta a una reafirmación de los valores originales de la organización, pese a las transformaciones comerciales que ha atravesado en los últimos años.
Una empresa en la cuerda floja entre el altruismo y el capital
La historia reciente de OpenAI refleja las tensiones inherentes a las organizaciones que buscan desarrollar tecnologías de alto impacto con fines sociales. Esto sucede dentro de un sistema económico dominado por el capital privado. Mientras la compañía intenta mantenerse fiel a su propósito original, enfrenta el desafío de sostener su liderazgo en un mercado cada vez más competitivo y lucrativo. En las circunstancias actuales, se puede decir que OpenAI frena su transición para replantear su rumbo.
Fuente: Wired en Español
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