Niels Olsen, presidente de la Asamblea, fue elegido con 80 votos a favor, en una jornada atravesada por intensas negociaciones entre distintas fuerzas legislativas, desde el oficialismo hasta los bloques independientes. La instalación de la nueva Asamblea Nacional del Ecuador el 14 de mayo de 2025 marcó el inicio de una etapa política que busca reconciliarse con la ciudadanía. Su elección sorprendió a varios sectores, no solo por su perfil técnico como exministro de Turismo, sino también por el tono conciliador que adoptó desde el primer momento.
Un liderazgo basado en el consenso y no en la confrontación
En su intervención inaugural, Niels Olsen, presidente de la Asamblea, ofreció un discurso inusualmente autocrítico. Pidió disculpas públicas por la desconexión histórica entre el Legislativo y las demandas ciudadanas. “Disculpas a todos los ecuatorianos porque durante años tuvieron que ver cómo esta Asamblea se alejaba de su gente”, expresó. Su objetivo, como enfatizó reiteradamente, es transformar al Parlamento en una institución funcional y representativa.
Asimismo, subrayó que no busca imponer una agenda partidista. Por el contrario, desea construir puentes entre sectores ideológicamente diversos. “Estoy aquí para construir, no para dividir”, recalcó Niels Olsen, presidente de la Asamblea, quien también reafirmó su apoyo al presidente Daniel Noboa, aunque insistió en la independencia institucional como un principio democrático esencial.
Un cambio de narrativa en el Legislativo
El nuevo ciclo legislativo presenta numerosos desafíos. Con 151 legisladores, la Asamblea actual supera en número a las anteriores, lo que incrementa la necesidad de articular consensos sólidos. En este contexto, Niels Olsen, presidente de la Asamblea, se comprometió a encabezar un Legislativo útil, justo y representativo.
Además, dirigió un mensaje directo a la oposición: “No les pido que pensemos igual, pero sí que pensemos en algo más grande que nuestras diferencias”. Esta declaración refuerza su postura de buscar la unidad por encima del antagonismo político.
Finalmente, al cerrar su discurso, Niels Olsen, presidente de la Asamblea, resumió su visión con una frase que ya se perfila como su eje de gestión: “Mi deber es que esta Asamblea no sea más un freno, sino un motor”.
Expectativas frente al nuevo periodo
La ciudadanía ahora observa con atención si este cambio en el liderazgo conllevará una transformación institucional real. Las palabras de Niels Olsen, presidente de la Asamblea, transmiten una promesa: recuperar la credibilidad perdida y situar a la política al servicio de la gente. Si logra cumplir este compromiso, su mandato podría marcar un antes y un después en la historia legislativa del país.
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