Cada mayo, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) publica una radiografía de los vínculos conyugales en Ecuador. Los datos del 2024 confirman una tendencia que ya se ha vuelto familiar: menos personas se casan y más personas se divorcian. Esto resalta la situación de menos matrimonios y más divorcios en la sociedad ecuatoriana. En un país que en las últimas décadas ha visto transformaciones profundas en su estructura familiar, esta evolución estadística refleja cambios culturales, legales y sociales que vale la pena observar.
Matrimonios: cada vez menos y más tardíos
En 2024 se registraron 53.813 matrimonios, una caída del 4,8% respecto al año anterior. La tasa de matrimonios se ubicó en 30 por cada 10.000 habitantes, bajando desde los 31,7 en 2023. Si se observa la tendencia desde el año 2000, la disminución ha sido constante. Según el propio INEC, la tasa ha caído en promedio 1,25 puntos por año, mostrando así menos matrimonios y más divorcios en tendencia.
Además, los ecuatorianos se casan cada vez más tarde. La edad promedio al contraer matrimonio es hoy de 36 años para los hombres y 33 para las mujeres. Esto representa un salto de 9 años en comparación con 1997. En el caso del primer matrimonio, los promedios en 2024 fueron 33 años para los hombres y 31 años para las mujeres.
Para David Vera, director de la Business School de la UIDE, este retraso en la edad de matrimonio puede estar relacionado con la búsqueda de estabilidad económica. Además, el aumento de la educación superior y la priorización del desarrollo personal influyen. También hay un cambio de valores que da más espacio a la convivencia sin formalización legal. No en vano, más del 84% de los hombres y 87,8% de las mujeres que se casaron en 2024 lo hicieron por primera vez. Esto también podría reflejar una espera más reflexiva.
Divorcios: una realidad creciente
El otro lado de la moneda es aún más claro. En 2024 se registraron 25.555 divorcios, lo que representa un incremento del 8,5% respecto al 2023, confirmando una tendencia de más divorcios y menos matrimonios. La tasa de divorcios subió de 13,2 a 14,2 por cada 10.000 habitantes. Desde el año 2000, la tasa ha crecido a un ritmo promedio de 0,24 puntos por año.
Llama la atención que la duración promedio de los matrimonios antes del divorcio ha aumentado, llegando a más de 16 años en promedio. Esto sugiere que muchas rupturas se dan tras una larga convivencia. Las edades en que se concentran más divorcios son los 35 a 44 años, tanto en hombres como en mujeres.
El 79,5% de los divorcios se resolvieron por mutuo consentimiento, ya sea en vía judicial o notarial. Esto podría indicar una mayor madurez o acuerdos más prácticos para poner fin a la relación. Las causas más invocadas cuando no hay acuerdo siguen siendo la falta de armonía, el abandono y el maltrato. Esto perpetúa la tendencia de menos matrimonios y más divorcios en la cultura.

Cambios sociales detrás de los números
Estos datos reflejan mucho más que decisiones personales: son el espejo de una sociedad en transformación. Las mujeres hoy cuentan con más independencia económica y mayor acceso a la educación. En muchos casos, hay una menor tolerancia a relaciones disfuncionales. Las reformas legales también han agilizado los procesos de divorcio y elevado la edad mínima para contraer matrimonio. Esto contribuye a moldear este panorama con menos matrimonios y divorcios cada vez más frecuentes.
Incluso el matrimonio igualitario —vigente desde 2019— se hace presente: en 2024 se registraron 314 matrimonios y 46 divorcios entre personas del mismo sexo. Es una señal del avance en derechos y diversidad.
Conclusión
Casarse ya no es una meta obligada ni inmediata. Divorciarse ya no es un tabú. Ecuador camina hacia una redefinición de la familia, menos atada a la formalidad legal y más guiada por la búsqueda de bienestar individual y mutuo acuerdo. Esto refleja la tendencia de menos matrimonios y más divorcios. Las estadísticas del INEC no solo cuentan historias de amor, sino también de autonomía, cambio y evolución cultural.
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