En Ecuador, las mafias de los Balcanes han ido más allá de las alianzas estratégicas del narcotráfico. Han establecido vínculos personales, incluso familiares, con líderes criminales locales. El reciente informe de la Iniciativa Global Contra la Delincuencia Organizada Transnacional (GI–TOC) revela que capos albaneses y de otros países balcánicos han sido elegidos como padrinos de bautizo por cabecillas de bandas ecuatorianas. Esta práctica busca consolidar la confianza mutua y reforzar alianzas criminales duraderas.

Este tipo de relaciones refleja la manera en que estas organizaciones se comportan como clanes. Comparten no solo intereses económicos, sino también lazos culturales, sociales y códigos de conducta mafiosa. El informe titulado Redes de Cocaína, Vínculos entre los Balcanes Occidentales y Sudamérica detalla cómo estas mafias, operando en Ecuador, han contribuido a un escenario de creciente violencia.
Narcotráfico transnacional y lavado de dinero: el impacto económico
Las redes de crimen organizado provenientes de Albania, Bosnia, Kosovo, Montenegro, Macedonia del Norte y Serbia no solo han penetrado el mercado de la droga en Ecuador. Además, han establecido una ruta clara de tráfico de cocaína hacia Europa. Se estima que estas organizaciones lavan anualmente alrededor de USD 3.500 millones en el sistema financiero ecuatoriano, según el reporte de GI–TOC.
Los grupos criminales balcánicos compran cocaína en Colombia, Perú o Bolivia por un precio de entre USD 1.500 y 4.000 por kilo. Tras un proceso logístico de transporte y almacenamiento que duplica ese valor, la venden en Europa a precios que oscilan entre USD 30.000 y 60.000 por kilo. Esto les garantiza una rentabilidad extrema.
La fórmula del éxito: discreción, pagos en efectivo y tercerización de violencia
Una de las características más notables de estas organizaciones es su enfoque empresarial. A diferencia de los cárteles mexicanos, que suelen operar con violencia directa, las mafias balcánicas funcionan con estructuras horizontales y descentralizadas. Estas son parecidas a sindicatos criminales multinacionales.
Su éxito radica en su estrategia de «no confrontación». No buscan controlar territorios en Ecuador ni entrar en guerra con actores locales o extranjeros. En cambio, tercerizan la logística del narcotráfico a bandas como Los Choneros, Los Lobos o Los Tiguerones, generando una feroz competencia entre ellas. Esta lucha por contratos ha desembocado en una ola de violencia que ha recrudecido desde inicios de 2025.
Los criminales balcánicos pagan en efectivo, de manera puntual y confiable, lo que los hace socios preferidos para las bandas locales. Cubren hasta el 50% de los costos logísticos por adelantado y cancelan el saldo una vez que la carga llega a Europa.
La infiltración institucional: un Estado vulnerable
El informe de la GI–TOC también alerta sobre la fragilidad institucional del Ecuador frente a estas redes delictivas. Casos de infiltración en círculos de poder, cercanos a un expresidente, concesiones judiciales irregulares como arrestos domiciliarios y reducciones de penas han facilitado la operación de estas mafias.
Uno de los ejemplos más notorios es el de Dritan Rexhepi, un criminal albanés que ha escapado de prisión en Europa en tres ocasiones. En 2021 se fugó del arresto domiciliario en Guayaquil, bajo condiciones que aún no han sido esclarecidas por las autoridades.
Violencia entre mafias extranjeras y falta de coordinación regional
Desde 2017, al menos 19 ciudadanos de los Balcanes vinculados al narcotráfico han sido asesinados en Ecuador, en su mayoría en Guayaquil. Estos homicidios se atribuyen a disputas internas entre los propios grupos balcánicos, más que a enfrentamientos con actores locales.
La incapacidad de los países de la región para coordinar esfuerzos internacionales ha permitido que estas mafias sigan operando con relativa impunidad. El uso de identidades múltiples y pasaportes falsificados agrava la situación, dificultando su rastreo y detención.
Una amenaza silenciosa que multiplica la violencia
A pesar de su bajo perfil, la presencia de las mafias balcánicas en Ecuador ha tenido un efecto devastador en la seguridad nacional. Han sabido aprovechar las debilidades institucionales, han forjado relaciones familiares con bandas locales y han intensificado las disputas criminales. Todo con el objetivo de mantener el flujo de cocaína hacia Europa.
La Iniciativa Global concluye que para contener esta amenaza no basta con perseguir la droga. Es indispensable ir tras los flujos financieros, fortalecer los sistemas judiciales y mejorar la cooperación internacional.
Fuente:
Primicias.ec
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