En el Día Mundial del Fitness, que se celebra cada 6 de abril, es el momento ideal para reflexionar sobre los beneficios del ejercicio físico. A menudo, actividades como comer, dormir o ducharse se incorporan automáticamente en nuestra rutina diaria, pero el ejercicio físico aún no ocupa un espacio habitual en la vida de muchas personas. Sin embargo, sus efectos van mucho más allá de la mera estética, transformando nuestra salud física y mental de manera profunda.

1. Estimula la producción de mitocondrias
Cuando realizamos ejercicio físico, un proceso clave en nuestro cuerpo es la biogénesis mitocondrial, que consiste en la generación de nuevas mitocondrias dentro de las células. Las mitocondrias son fundamentales porque son las encargadas de producir la energía que necesita nuestro cuerpo para funcionar correctamente. Según un estudio publicado en Biology, el aumento de mitocondrias mejora la resistencia muscular y acelera la recuperación post-entrenamiento. Este fenómeno no solo mejora el rendimiento físico, sino que también retrasa los procesos degenerativos y prolonga la salud celular.
2. Mejora la captación de glucosa en la sangre
El ejercicio físico tiene un impacto directo en la regulación de los niveles de glucosa en la sangre. Durante la actividad física, los músculos absorben más azúcar del torrente sanguíneo, lo que ayuda a regular los niveles de glucosa y a prevenir enfermedades como la diabetes tipo 2. Un estudio publicado en Diabetes Care revela que la combinación de ejercicios aeróbicos y entrenamiento de fuerza mejora la sensibilidad a la insulina, lo que a su vez favorece la reducción de los niveles de glucosa en personas con esta enfermedad.
3. Estimula la producción de neurotransmisores
Uno de los efectos más notables del ejercicio es su capacidad para mejorar el estado de ánimo. Esto se debe a la liberación de neurotransmisores como las endorfinas, la dopamina y la serotonina. Estas sustancias químicas, conocidas por su impacto positivo en el bienestar mental, no solo reducen el estrés y la ansiedad, sino que también favorecen un sueño reparador. Así, el ejercicio contribuye a un bienestar integral, al mejorar tanto nuestra salud física como nuestra salud mental.
4. Mejora la plasticidad neuronal y la cognición
El ejercicio también beneficia al cerebro. La práctica regular de actividad física se ha asociado con mejoras en la plasticidad neuronal, es decir, la capacidad del cerebro para adaptarse y aprender nuevas experiencias. Estudios, como el publicado en Journal of Psychiatric Research, indican que el ejercicio promueve un aumento del flujo sanguíneo cerebral y la liberación de factores neurotróficos. Estos efectos favorecen la neurogénesis y la creación de nuevas conexiones sinápticas, lo que puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo y enfermedades neurodegenerativas como la demencia.
5. Fortalece los huesos y prevé la osteoporosis
La actividad física regular tiene un impacto positivo en la salud ósea. Ejercicios de impacto leve a moderado, como caminar o el entrenamiento de fuerza, estimulan la formación de osteoblastos, células responsables de generar hueso. Además, reducen la actividad de los osteoclastos, células que degradan el hueso. Según estudios, incluso las personas que comienzan a entrenar fuerza después de los 30 años pueden mejorar su densidad ósea a largo plazo, lo que contribuye a la prevención de la osteoporosis.
6. Refuerza el sistema inmunológico
El ejercicio también juega un papel crucial en el fortalecimiento del sistema inmunológico. Al mejorar la circulación sanguínea, favorece la circulación de células de defensa, como los linfocitos y macrófagos, lo que aumenta la capacidad de respuesta del organismo frente a virus y bacterias. Además, el ejercicio reduce la inflamación crónica al regular la producción de citocinas, moléculas esenciales para la respuesta inmune. No obstante, como señala el Dr. Carlos Ulloa, es esencial encontrar un equilibrio, ya que el exceso de ejercicio sin el adecuado descanso podría comprometer las defensas del organismo.
7. Aumenta la fuerza y la masa muscular
El entrenamiento de resistencia, como el levantamiento de pesas, favorece la hipertrofia muscular, un proceso en el cual se incrementa la síntesis de proteínas. Esto resulta en músculos más fuertes, resistentes y preparados para afrontar mayores desafíos. Además, este proceso es clave para mantener la fuerza y la independencia en las actividades cotidianas a medida que envejecemos, tales como subir escaleras o agacharnos. Por lo tanto, el ejercicio no solo tiene efectos inmediatos, sino que también contribuye al bienestar físico a largo plazo.
Un día saludable
El Día Mundial del Fitness es la ocasión perfecta para replantearnos nuestra relación con la actividad física. Los beneficios del ejercicio físico van mucho más allá de la mejora estética. Afectan positivamente a nuestro sistema muscular, óseo, inmunológico y cognitivo. Además, favorecen nuestra salud mental al reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Por tanto, nunca es tarde para incorporar el ejercicio en nuestra rutina diaria. ¡Comienza hoy mismo a experimentar estos efectos transformadores en tu vida!
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