Este miércoles, una flota de la Armada de Rusia, que incluye un submarino de propulsión nuclear y una fragata, arribó a Cuba, reflejando el fortalecimiento de los lazos entre estos dos antiguos aliados de la Guerra Fría. La fragata Almirante Gorshkov y el submarino nuclear Kazan, acompañados por el remolcador de rescate Nikolai Chiker y el petrolero Pashin, componen esta flota.
Entrada al puerto y bienvenida
La fragata Almirante Gorshkov fue la primera en llegar al puerto de La Habana, seguida por el submarino Kazan. La entrada de la fragata fue marcada por una salva de 21 cañonazos, que recibió una respuesta desde un fuerte colonial cubano del siglo XVIII. Esta demostración de fuerza simboliza la conexión persistente entre Rusia y Cuba, aliados históricos.
Ejercicios militares y capacidad de la flota
Los buques rusos han estado practicando el uso de armas de alta precisión en el Atlántico antes de su llegada. El Gorshkov, un buque moderno de la Armada rusa, y el submarino Kazan participaron en simulaciones de misiles de alta precisión contra objetivos navales. Estas prácticas, según el Ministerio de Defensa ruso, involucraron la designación de blancos a más de 600 kilómetros de distancia.
Monitoreo por parte de EE.UU.
Estados Unidos ha estado vigilando de cerca las maniobras rusas en el Atlántico y el Caribe. Buques como el USS Truxtun y el USS Donald Cook, junto con aviones de reconocimiento, han seguido los movimientos de la flota rusa. Esta vigilancia, considerada rutinaria por funcionarios estadounidenses, asegura que los buques rusos permanezcan en aguas internacionales.
Visitas públicas y diplomacia
El embajador de Rusia en La Habana encabezará una ceremonia de bienvenida, y se permitirá al público cubano visitar la fragata Gorshkov durante la estadía de cinco días de la flota en la isla. Esta visita se interpreta como una muestra de fuerza rusa en un momento de tensiones elevadas entre Estados Unidos y Rusia debido a la guerra en Ucrania.
Contexto y reacciones
La presencia de los buques rusos en Cuba ocurre en un contexto de creciente dependencia de la isla caribeña del petróleo y la ayuda rusa, en medio de una crisis económica severa. Cuba ha aclarado que estas visitas son prácticas habituales y no representan una amenaza para la región, reafirmando sus lazos históricos con Rusia.
En conclusión, la llegada de esta flota rusa a Cuba simboliza el fortalecimiento de las relaciones bilaterales en un momento crítico de la geopolítica mundial, recordando los días de la Guerra Fría y subrayando la complejidad de las alianzas contemporáneas.
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