El proyecto de Ley de Inteligencia en Ecuador ha suscitado una ola de inquietudes tanto en el ámbito político como en la sociedad civil. La propuesta legal, actualmente en revisión por la Comisión de Seguridad de la Asamblea Nacional, busca establecer un marco normativo para las operaciones de inteligencia y contrainteligencia en el país. Sin embargo, diversos sectores advierten que podría abrir la puerta al espionaje político, a la vigilancia sin autorización judicial y a la entrega obligatoria de información sensible por parte de ciudadanos y organizaciones.
Riesgos por falta de requisitos para autoridades de inteligencia
Uno de los aspectos más cuestionados del proyecto de Ley de Inteligencia en Ecuador es la ausencia de exigencias técnicas rigurosas para quienes dirigirán la entidad rectora. Según la normativa propuesta, basta con cumplir con requisitos básicos, como tener ciudadanía ecuatoriana y derechos políticos. No se exige experiencia en seguridad, inteligencia o áreas afines, lo que genera dudas sobre la idoneidad del liderazgo en un área tan sensible.
Control limitado sobre fondos reservados
Otro punto crítico es la administración de los gastos especiales destinados a operaciones de inteligencia. Aunque los montos aparecerán en el Presupuesto General del Estado, el uso detallado de estos recursos será clasificado. Además, la información será incinerada por el Contralor tras su revisión, lo que impide auditorías posteriores. Expertos como Lorena Piedra señalan que este mecanismo favorece la opacidad y podría habilitar operaciones al margen de la legalidad.

Falencias en la selección de personal
El proyecto de Ley de Inteligencia en Ecuador también omite definir parámetros claros para la contratación de funcionarios. Especialistas sostienen que es necesario contar con personal capacitado, sin vínculos políticos ni ideológicos. Limitar las contrataciones ocasionales y fortalecer la carrera en inteligencia son propuestas reiteradas para asegurar profesionalismo y neutralidad.
Obligación de entregar información sin garantías suficientes
Una de las disposiciones más polémicas establece que cualquier persona o entidad debe proporcionar información a la autoridad de inteligencia, sin que existan mecanismos transparentes para proteger derechos fundamentales. Este apartado genera temor en sectores como el periodismo y el sector privado, debido a la posibilidad de vulnerar la confidencialidad de fuentes o datos sensibles.
Posibilidad de interceptaciones sin orden judicial
El proyecto de Ley de Inteligencia en Ecuador contempla que la entidad rectora pueda solicitar datos técnicos a operadoras móviles sin una orden judicial previa. Aunque las autoridades argumentan que se trata de información técnica y no del contenido de las comunicaciones, la ambigüedad legal deja espacios para posibles abusos. La falta de una prohibición explícita del uso político de la inteligencia aumenta la preocupación sobre el alcance de esta normativa.
Necesidad de una ley equilibrada y garantista
Si bien existe consenso en que Ecuador requiere una ley de inteligencia, esta debe estar acompañada de salvaguardias jurídicas claras. El desafío es construir un sistema de inteligencia eficaz que no transgreda derechos civiles ni sirva como herramienta de persecución política. El debate actual sobre el proyecto de Ley de Inteligencia en Ecuador abre una oportunidad para perfeccionar la normativa y reforzar la institucionalidad democrática.
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