Cada 23 de abril se conmemora el Día Internacional del Libro, una efeméride que invita a reflexionar sobre el papel esencial de la lectura y desarrollo dentro del entorno educativo y social. En el caso de Ecuador, esta práctica se presenta como un desafío urgente pero también como una oportunidad invaluable para mejorar la calidad educativa y fortalecer el tejido cultural del país.
Brecha en el acceso a los libros
La realidad lectora en Ecuador refleja un escenario complejo. Según datos de la Encuesta de Hábitos Lectores, Prácticas y Consumos Culturales (2021), en promedio un ecuatoriano finaliza un solo libro al año, y apenas cuatro de cada diez niños tienen acceso a literatura básica. Esta limitada exposición literaria obstaculiza el desarrollo intelectual en etapas clave de la vida. La lectura y desarrollo están íntimamente conectados, por lo que esta carencia representa un obstáculo significativo.

Influencia de la edad y el estado civil
Factores demográficos como la edad y el estado civil inciden directamente en los hábitos de lectura. El grupo más activo en este ámbito lo constituyen jóvenes de entre 16 y 24 años, con una participación del 83%. En contraste, solo el 63% de los adultos mayores reportan hábitos lectores frecuentes. Esta diferencia evidencia que el fomento lector requiere enfoques diferenciados según el grupo etario.
Aportes desde la academia
La Universidad Internacional SEK (UISEK) ha respondido activamente al llamado por fortalecer la lectura. Como parte de la celebración del Día del Libro, presentó una colección de ocho obras académicas, entre las que destacan temas como emprendimientos sostenibles, psicología forense, estrés laboral y educación inclusiva. Estas publicaciones buscan no solo enriquecer el conocimiento, sino también consolidar el vínculo entre lectura y desarrollo.
Impacto en comunidades y medio ambiente
Uno de los libros, Kallari, narra cómo los emprendimientos sostenibles pueden beneficiar económicamente a comunidades indígenas sin perder su esencia cultural. Por otro lado, la obra sobre la estación científica de Limoncocha resalta el valor de la conservación ambiental en el marco del desarrollo social, reiterando que la lectura y desarrollo también se extienden al respeto por la naturaleza.
Leer transforma
A pesar de los retos, cada libro leído es un paso hacia una sociedad más informada y crítica. La lectura y desarrollo son pilares del progreso, no solo académico, sino también humano. Invertir en el acceso a libros y la promoción del hábito lector es una estrategia de alto impacto para construir un Ecuador más equitativo y consciente.
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