En Ecuador, la violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes sigue siendo una realidad cercana, dolorosa y silenciada.
El Informe Técnico de la Defensoría del Pueblo (2024) revela que el 65% de los agresores pertenecen al entorno familiar o son personas de confianza para la víctima.
Estos casos, además de su impacto directo en la niñez, suelen estar rodeados de impunidad y silencio, lo que agrava el daño.
Daniel Noboa propone castración química
El 11 de julio de 2025, el presidente Daniel Noboa envió a la Asamblea Nacional una propuesta de reforma constitucional para permitir la castración química a los autores de delitos sexuales.
Su iniciativa se dio mientras el Legislativo enfrenta una denuncia contra el asambleísta Santiago Díaz, acusado de una supuesta agresión sexual a una menor de edad.
El mandatario expresó en redes sociales que los violadores “merecen la castración química y pagar con la cárcel”.
Cifras que reflejan impunidad
Entre el 1 de enero de 2018 y el 16 de junio de 2023, la Fiscalía recibió 52.051 denuncias por delitos sexuales. Sin embargo, solo el 4,15% terminó con una sentencia.
A esto se suman los datos del Consejo de la Judicatura: de 9.006 casos judicializados en ese mismo periodo, solo el 28,49% obtuvo un dictamen.
Estas cifras reflejan un sistema que, con frecuencia, no logra reparar ni proteger a las víctimas.
Sistema de salud registra casos, pero no todos llegan a Fiscalía
El sistema de salud atendió a 39.250 niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia entre 2021 y 2023.
De esas atenciones, apenas 9.774 casos fueron notificados a la Fiscalía. El resto no llegó al sistema judicial.
Organizaciones de derechos humanos señalan que la falta de denuncia y seguimiento judicial perpetúa la violencia sexual infantil.
Cada 28 minutos una niña o adolescente da a luz
Un estudio liderado por World Vision y otras organizaciones en 2024 revela que cada 28 minutos una niña o adolescente se convierte en madre en Ecuador.
En total, se registraron 18.830 nacimientos de madres menores de edad. La maternidad forzada en la adolescencia es una de las consecuencias más graves del abuso sexual.
El informe también documenta 21.046 casos de violencia sexual en el sistema educativo desde 2014: 15.681 fuera del sistema y 5.365 dentro.
¿Qué es el abuso sexual infantil?
El abuso sexual infantil implica cualquier contacto físico o insinuación sexual hacia un menor, incluso si parece haber consentimiento.
Este puede darse mediante engaños, amenazas, manipulación o intimidación. Todos los niños y niñas están en riesgo, pero algunos factores aumentan su vulnerabilidad: falta de educación sexual, baja autoestima, poco afecto en el hogar y abuso de poder.
Señales de alerta y consecuencias físicas
El abuso deja huellas, tanto emocionales como físicas. Entre las señales de alerta están los cambios de comportamiento, la depresión, las pesadillas, el rechazo al contacto físico o el rendimiento escolar bajo.
Físicamente, pueden presentarse infecciones genitales, dolor, moretones, sangrado o dificultad para caminar o sentarse.
Las secuelas son duraderas
Emilio Carrillo, psicólogo y catedrático universitario, advierte que el abuso sexual rara vez ocurre de forma repentina. Muchas veces está antecedido por situaciones como el acoso o una manipulación persistente.
«Las víctimas están atrapadas en relaciones abusivas que el entorno social no siempre cuestiona», sostiene.
Carrillo recuerda que muchas mujeres adultas fueron madres en la adolescencia, y que ese patrón aún se repite en algunas zonas del país.

La urgencia de una política pública efectiva
José Manuel Portugal, director de Derecho en la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), insiste en que la protección a la niñez debe estar basada en prevención, acción y justicia.
Plantea que el diseño de políticas públicas debe incluir a la sociedad civil, y que las familias también juegan un rol central en la educación emocional y sexual de los menores.
Según el artículo 171 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), la violación está penada con 19 a 22 años de prisión.
¿Dónde denunciar?
En caso de conocer un caso de violencia sexual infantil, se puede llamar al 911 o al 1800-Delito (335 486).
Fuente: El Comercio
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