La irrupción de la inteligencia artificial ha sacudido los cimientos de la industria audiovisual. Cineastas y tecnólogos sostienen una disputa que ya no es sólo estética: es económica, legal, ética y cultural.
Mientras algunos creadores temen la pérdida del alma artística y de miles de empleos, otros defienden el potencial democratizador de estas nuevas herramientas.
La voz crítica de Justine Bateman: automatización y colapso económico
La cineasta y autora Justine Bateman, en declaraciones recogidas por CNBC, advierte que la automatización impulsada por IA amenaza con desintegrar el entramado social y económico que sostuvo Hollywood durante más de un siglo.
Desde la desvalorización inmobiliaria en California hasta la eliminación de empleos indirectos ligados al cine, Bateman proyecta un «desastre económico» si se permite que los algoritmos sustituyan el trabajo humano.
Contenidos personalizados y actores del pasado
Según Bateman, los grandes estudios y plataformas podrían usar historiales de visualización para crear contenidos personalizados sin necesidad de derechos de autor, comparando el nuevo modelo con productos desechables.
Además, la tecnología de reemplazo facial permitiría insertar a cualquier persona en películas antiguas o revivir actores fallecidos con autorización de sus herederos, lo que transforma la competencia actoral: ya no es entre contemporáneos, sino con “todos los actores que han existido”.
“El modelo de Hollywood está terminado”
Para Bateman, lo que queda es una “cadena de montaje de contenido” alimentada por IA. Sin embargo, también celebra el surgimiento de iniciativas como el Credo 23 Film Festival, que prohíbe la inteligencia artificial y distribuye todos los beneficios entre los creadores humanos.
La visión opuesta: Cris Valenzuela y el futuro inclusivo de la IA
En contraposición, Cris Valenzuela, CEO de Runway, sostiene que la inteligencia artificial no es una amenaza, sino una vía para ampliar el acceso a la creación audiovisual.
En entrevista con The Verge, Valenzuela defendió que Runway —plataforma de generación de video con IA— permite reducir costos y tiempos de producción, abriendo la puerta a miles de nuevos creadores.
Del acceso limitado al cine global
Desde su fundación en 2018, Runway ha evolucionado hasta permitir videos en 4K con movimientos complejos. Esto, afirma Valenzuela, hace posible que el cine ya no esté reservado para quienes cuentan con grandes presupuestos.
“La barra estará en las ideas, no en quién conoces o cuánto dinero tienes”, señaló, destacando que las mejores historias aún están por contarse, y pueden venir de cualquier rincón del mundo.
Demandas por derechos de autor: el gran campo de batalla legal
A pesar del entusiasmo, Runway enfrenta una demanda colectiva por usar contenido protegido —incluido material de YouTube— en el entrenamiento de sus modelos. El debate gira en torno a si las empresas de IA deben compensar a los creadores originales.
Valenzuela argumenta que sus sistemas “crean cosas nuevas” y que la responsabilidad recae en los usuarios. Sin embargo, la falta de transparencia y los litigios en curso —que también afectan a compañías como OpenAI y Meta— podrían definir los límites legales del uso de datos protegidos en el entrenamiento de modelos.
Bateman se niega a licenciar su imagen: “Es vaciar el arte”
La cineasta rechaza la posibilidad de ceder su voz o rostro para productos generados por IA. Para ella, la interpretación humana es irremplazable, y la cesión de la identidad artística equivale a renunciar al arte mismo.
Festivales entre la resistencia y la adopción
Mientras algunos festivales, como el Credo 23, se oponen frontalmente a la inteligencia artificial. Otros como Cannes o Tribeca incorporan categorías dedicadas a obras inmersivas y creadas por IA.
El Marché du Film de Cannes promueve la distribución global de artes inmersivas. Mientras que Tribeca Immersive presentó experiencias donde la IA y la realidad virtual se mezclan con fines sociales y artísticos.

Perspectivas: incertidumbre creativa y oportunidades globales
Hollywood se encuentra ante un cruce de caminos. Para algunos, la IA representa el fin de la creación humana tal como la conocemos. Para otros, es el inicio de una era donde contar historias podría ser posible para millones de voces antes silenciadas por las barreras técnicas y económicas.
Fuente: Infobae
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