La industria del calzado en Ecuador atraviesa uno de sus momentos más complejos en décadas. A la tradicional competencia con productos importados de bajo costo se suma una nueva amenaza: las compras en línea a través de plataformas extranjeras como Temu o Amazon, que ingresan al país bajo el régimen Courier 4×4. Según cifras recientes, estas importaciones bordean ya el medio millón de dólares, muchas de ellas evadiendo impuestos, lo que agrava aún más la situación para los fabricantes nacionales.

Empresarios del sector, como Vicente Buestán, propietario de una reconocida fábrica de calzado, denuncian el abandono del Estado frente a una industria que genera empleo, paga impuestos y apuesta por la calidad. «Muchos estamos trabajando para sobrevivir, eso deben entender las autoridades y deben proteger la industria nacional», reclama con preocupación.
Una trayectoria marcada por esfuerzo e innovación
La historia de Vicente Buestán es también la de la industria zapatera nacional. Hace 50 años fundó su empresa, inicialmente enfocada en la producción de zapatos escolares. Con el tiempo diversificó su oferta y hoy fabrica calzado industrial. En su época de mayor crecimiento llegó a emplear a 300 trabajadores y a tener casi 250 almacenes. Hoy, el panorama es mucho más reducido: apenas 70 empleados y 4 locales comerciales, con una producción diaria que cayó de 1.200 a solo 300 pares.
Este descenso no solo se explica por las nuevas dinámicas del mercado digital, sino también por la proliferación del contrabando. «El mercado está lleno de calzado chino, colombiano o peruano, con marcas y diseños copiados», asegura Buestán. A esto se suma el problema de la corrupción: “Aquí entran hasta con sellos. La corrupción llegó a tal punto que todo se podía comprar”, denuncia.
Inversión en caída y un llamado urgente al Estado
La industria del calzado está presente principalmente en provincias como Pichincha y Tungurahua. No obstante, las inversiones en este sector disminuyeron un 35 % en lo que va del 2024, una señal preocupante para una economía que necesita generar empleo y fortalecer su producción interna.
Diana Buestán, presidenta del sector textil de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa (Capeipi), reafirma que “la industria nacional está en capacidad de ofrecer productos de alta calidad, incluso superiores a los extranjeros”. Pero para lograrlo, es necesario que el Estado implemente políticas claras y sostenidas de protección, control aduanero y promoción del consumo local.
Proyecciones de crecimiento y esperanza en la innovación
A pesar del panorama adverso, el sector no se rinde. Hay proyectos emergentes con diseños innovadores y de alta calidad que apuntan a captar nuevos nichos de mercado. Según estimaciones de los empresarios, si se aplican medidas de apoyo efectivas, la industria podría crecer entre un 25 y un 40 % en el corto plazo. Esta reactivación permitiría recuperar e incluso superar los niveles de empleo y producción que alguna vez caracterizaron a empresas como la de Buestán.
El mensaje del sector es claro: la industria nacional tiene potencial, pero necesita el compromiso firme de las autoridades para enfrentar los efectos del comercio digital desregulado y el contrabando. Solo con reglas claras y acciones coherentes será posible proteger el empleo, la inversión y la calidad del producto ecuatoriano.
Fuente: Ecuavisa
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