La industria textil invierte en tecnología como una respuesta estratégica ante la crisis que ha golpeado duramente a este sector durante los últimos años. A pesar de los múltiples desafíos, como los paros nacionales, la pandemia y los apagones eléctricos, los empresarios textiles han optado por resistir. Su resiliencia se demuestra en la inversión continua en maquinaria moderna, lo que ha permitido mejorar la calidad de sus productos y conservar una base significativa de clientes.
Retroceso económico y pérdida de empleo
En 2019, antes del paro nacional, la industria textil invierte en tecnología mientras generaba USD 1 580 millones en ventas. Para el 2024, los ingresos descendieron a USD 1 270 millones debido a los cortes energéticos. Esta caída afectó también el empleo directo: pasó de 167 800 a 122 000 plazas, lo que representa la pérdida de 45 800 puestos en tan solo cuatro años.
Inversión en maquinaria como respuesta a la crisis
Texprin es una empresa que ejemplifica cómo la industria textil invierte en tecnología. Bajo la dirección de Sonia Valencia Proaño, esta compañía ha incorporado telares de última generación para la elaboración de etiquetas con código de barras. Sus 40 trabajadores manejan software avanzado capaz de controlar hasta 6 000 hilos verticales y horizontales, optimizando así la producción.
“Este software nos permite tejer según el diseño y los colores requeridos”, comenta Fernando Farinango, diseñador textil de la empresa. Gracias a esta innovación, Texprin produce hasta 1 200 etiquetas por hora, manteniendo una cartera de más de 1 000 clientes.

Desafíos estructurales y competencia desleal
A pesar de estos avances, el sector enfrenta una amenaza constante: la libre importación y la entrada ilegal de prendas extranjeras, especialmente desde China. Esto afecta directamente a los confeccionistas nacionales, quienes han tenido que reducir su producción por la baja demanda.
Reacción del gremio y perspectivas futuras
La Asociación de Industrias Textiles del Ecuador considera urgente establecer políticas públicas que impulsen un crecimiento económico equitativo. Según Camilo Ontaneda, su presidente, la prioridad no es solo aumentar las ventas, sino también generar empleo y reactivar la economía nacional. Para lograrlo, el sector necesita condiciones favorables: seguridad jurídica, estabilidad económica, créditos accesibles y una reforma en los controles aduaneros.
En contraparte, la industria textil invierte en tecnología, ofrece productos de calidad, mantiene precios competitivos y aporta significativamente al empleo. En la actualidad, el sector exporta USD 124 millones en productos como telas, sombreros y materias primas. Además, prepara la feria Expotex 2025 para agosto, como una plataforma de reactivación económica.
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