Origen del menor y contexto del suceso
Hallan menor muerto en Guayaquil, un hecho que ha conmocionado a la comunidad. Livinton, un adolescente de apenas 15 años, se arrojó al estero Salado el pasado 30 de abril. Su cuerpo fue localizado horas después por la Policía Nacional.
Originario de Machala, el joven había sido inscrito en un centro educativo que ofrece formación académica con disciplina militar. El instituto está ubicado en el centro de Guayaquil, en la intersección de 9 de Octubre y Tungurahua.
La familia trasladó al menor con el objetivo de mejorar su conducta y fortalecer su carácter mediante una instrucción rigurosa.
Hallan menor muerto: el dolor de una familia
Tres tíos y el abuelo materno llegaron desde Machala para retirar el cuerpo en el Instituto de Medicina Legal. “Lo traje vivo y ahora me lo llevo muerto, en una caja”, expresó una tía, visiblemente afectada por el desenlace.
La mujer indicó que el instituto no ha dado ninguna explicación formal. Fue la Policía quien contactó a la familia. Primero, para informar sobre el hecho, y luego para confirmar el fallecimiento.
Testigos y reconstrucción de los hechos
El 30 de abril por la mañana, el adolescente habría salido corriendo del centro educativo. Según testigos, cruzó una calle y fue seguido por instructores del establecimiento. Recorrió aproximadamente 300 metros hasta llegar al puente 5 de Junio.
Allí, se habría arrojado al estero Salado en un intento desesperado. Personal especializado de la Policía Nacional rescató su cuerpo horas después, ya sin signos vitales.
Una comunidad militarizada, una familia rota
La institución donde estaba internado Livinton promueve un enfoque militarizado, con rutinas estrictas y supervisión constante. Su familia, aunque con buenas intenciones, buscaba un entorno que ayudara al joven a mejorar su rumbo.
Este tipo de formación, aunque eficaz para algunos, no siempre resulta adecuada para adolescentes con sensibilidades particulares. En este caso, las consecuencias fueron irreversibles.
Despedida en Machala
Hallan menor muerto, y sus restos serán trasladados a su ciudad natal. Su familia ha organizado un velorio íntimo en Machala, donde amigos y allegados le darán el último adiós.
Con el corazón destrozado, los familiares exigen una investigación clara y transparente. Desean saber qué ocurrió dentro del instituto y por qué ninguna autoridad académica ha dado la cara.
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