El presidente de Colombia, Gustavo Petro, respondió de manera pública a las acusaciones formuladas por su excanciller, Álvaro Leyva, quien lo acusó de tener problemas con las drogas. En un tono irónico y humorístico, Petro desmintió los señalamientos y, además, aprovechó para aclarar su situación de salud y desmentir rumores previos sobre su comportamiento en la visita oficial a Francia.

La acusación de Álvaro Leyva
Álvaro Leyva, quien fue canciller en el gobierno de Petro, publicó una carta en redes sociales donde afirmó haber confirmado durante una visita oficial a Francia en junio de 2023 que el presidente colombiano sufría de problemas de drogadicción. Leyva expresó que había intentado hacerle frente a la situación, pero sentía que no había actuado a tiempo para ayudar a Petro. Según él, el mandatario nunca logró recuperarse, lo cual lamentó profundamente.
Leyva, conocido por su trayectoria en la política colombiana y su relación cercana con Petro en los primeros momentos de su gobierno, mostró su preocupación en una serie de declaraciones en las que no solo expuso la problemática que, según él, habría observado, sino que también expresó la pena de no haber tomado más acciones para ayudar al presidente.
La respuesta de Gustavo Petro
Ante las graves acusaciones de Leyva, el presidente Petro respondió con una mezcla de humor y firmeza. Durante un acto protocolario realizado el 23 de abril de 2025, Petro aclaró que no tenía problemas con las drogas y que, por el contrario, su única “adicción” era al amor. De manera irónica, se refirió a las acusaciones señalando que él no había perdido dos días en París por ningún problema relacionado con sustancias, sino por otros motivos que no requerían una explicación profunda.
“Voy a decir que somos adictos al amor (y no a las drogas)”, expresó Petro entre risas. También recordó que, en abril de 2020, había sido sometido a una operación en Cuba por cáncer de esófago, lo cual le impedía consumir alcohol. Con esta explicación, Petro desmintió los rumores sobre su supuesta embriaguez durante los viajes oficiales.
Un contexto médico y personal
Petro aprovechó para contextualizar su situación médica, explicando que debido a la cirugía a la que fue sometido, no podía consumir alcohol, y que los rumores sobre su supuesto estado de embriaguez eran completamente infundados. Según el presidente, el proceso de recuperación que vivió tras su operación fue uno de los factores que también afectó su capacidad para disfrutar de bebidas alcohólicas, como el aguardiente, que en su juventud solía consumir.
El mandatario hizo énfasis en que los comentarios sobre su estado de salud no solo eran erróneos, sino que carecían de fundamento. De esta manera, Petro intentó frenar las especulaciones y reafirmar su compromiso con el bienestar físico y mental.
El tono de la polémica
A lo largo de esta polémica, Petro utilizó un tono relajado y hasta jocoso para dar respuesta a las acusaciones de Leyva. Sin embargo, la situación también pone de manifiesto una grieta en la relación entre el presidente y su excanciller, quien fue una figura clave en la transición hacia su gobierno. Esta controversia no solo involucra cuestiones personales, sino que también abre un debate sobre las dinámicas internas del gobierno de Petro y la relación con sus excolaboradores.
El futuro de las relaciones políticas entre Petro y Leyva
La acusación pública de Leyva ha puesto a prueba la relación entre ambos, que comenzó en la campaña presidencial y culminó con la asignación de Leyva como canciller en el inicio del gobierno de Petro. Si bien el excanciller ya había mostrado en varias ocasiones su desaprobación por algunas decisiones del presidente, la publicación de esta carta y las acusaciones de drogadicción han escalado la tensión política.
La respuesta de Petro parece ser una tentativa de cerrar la polémica con un enfoque personal y de reconciliación, aunque es probable que las repercusiones de esta disputa continúen en la esfera pública. Este episodio subraya los desafíos internos que enfrenta Petro en su administración, especialmente en cuanto a las relaciones con sus cercanos colaboradores.
La acusación de Álvaro Leyva sobre la drogadicción de Gustavo Petro y la posterior respuesta del presidente reflejan no solo una disputa personal, sino también las complejas dinámicas políticas dentro del gobierno colombiano. Con un tono humorístico, Petro trató de restar importancia a los señalamientos, mientras que Leyva expresó su preocupación genuina. Este intercambio marca un punto de tensión en la política colombiana que podría seguir dando de qué hablar en los próximos días.
Fuente: El Comercio
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