El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha decidido tomar medidas contundentes frente a la creciente amenaza del narcotráfico en la región. En este contexto, ha anunciado la construcción de dos bases militares en la provincia de El Oro, situada en la frontera con Perú. Esta zona ha sido identificada como una de las más afectadas por la presencia de poderosos carteles de droga, lo que ha generado una creciente preocupación en el gobierno ecuatoriano.

El narcotráfico y la amenaza mexicana
Las bases se instalarán en los municipios de Pasaje y Puerto Bolívar, dos localidades clave en la región. Puerto Bolívar, además de ser un importante puerto de exportación para Ecuador, se ha convertido en un punto de tránsito para las bandas criminales que envían grandes cantidades de cocaína camufladas en productos de exportación. El presidente Noboa ha señalado que uno de los principales carteles mexicanos que operan en la zona es el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Este grupo, conocido por su expansión internacional, ha sido identificado como un actor clave en la distribución de drogas hacia Estados Unidos y Canadá. Recientemente, la policía de Toronto incautó un cargamento récord de 835 kilogramos de cocaína, evidenciando la magnitud de la operación del CJNG.
Medidas del Gobierno de Ecuador
La situación ha llevado al presidente Noboa a implementar una «contraofensiva» ante el auge de los grupos criminales en el país. En una entrevista reciente, expresó que en las últimas semanas Ecuador ha enfrentado ataques constantes por parte de bandas narcotraficantes, lo que ha generado una situación de inseguridad generalizada. «Hoy estamos viviendo una guerra», afirmó Noboa, destacando la necesidad de fortalecer las estrategias de seguridad en el país.
Entre las medidas adoptadas, el gobierno ha decidido realizar cambios en el «Bloque de Seguridad», una instancia clave en la lucha contra el crimen organizado. Noboa también ha señalado la importancia de movilizar recursos y personal a las áreas más afectadas por el narcotráfico, en particular aquellas donde los «narcoterroristas» compiten por el control de las rutas de distribución de drogas.
La lucha contra el «narcoterrorismo» y la corrupción
Para el presidente, la lucha contra el narcotráfico no es solo un enfrentamiento con los grupos criminales, sino también contra un mal más profundo: la corrupción política y la inseguridad que estos grupos generan. Noboa ha subrayado que «todo está interconectado», refiriéndose a la relación entre el narcotráfico, la corrupción política y la creación de miseria en las zonas más necesitadas del país.
Ecuador solicita ayuda internacional para combatir el narcotráfico
Ante la magnitud de la amenaza, el presidente Noboa ha solicitado apoyo internacional para enfrentar la creciente ola de violencia y narcotráfico. En particular, el presidente ha solicitado que países aliados envíen ‘fuerzas especiales’ para colaborar en la lucha contra el ‘narcoterrorismo’. De este modo, espera fortalecer las capacidades operativas del país y, al mismo tiempo, mejorar la cooperación internacional en la lucha contra las mafias. Asimismo, ha subrayado que este tipo de colaboración es esencial, dado que el narcotráfico es un fenómeno transnacional que requiere una respuesta conjunta. Por consiguiente, se busca una mayor coordinación entre las naciones para enfrentar de manera efectiva esta grave amenaza. Según el mandatario, el narcotráfico es un problema global que requiere una respuesta conjunta entre naciones.
Un desafío regional
El narcotráfico no es un problema exclusivo de Ecuador. Asimismo, también se ha señalado que el Perú, a través de su frontera con Ecuador, está siendo utilizado como un punto clave de entrada para armas que, a su vez, abastecen a las organizaciones criminales. Este fenómeno, además, refuerza la preocupación de que las bandas narcotraficantes estén operando en una red transnacional que involucra a ambos países. Por lo tanto, las autoridades ecuatorianas se han visto obligadas a reforzar la vigilancia en la frontera, con el fin de frenar el flujo ilegal de armamentos y, de este modo, debilitar la capacidad operativa de estos grupos. Las autoridades ecuatorianas han identificado que estos armamentos, con insignias de las Fuerzas Armadas peruanas, podrían estar alimentando la violencia en la región. Esta situación ha intensificado las tensiones entre ambos países, quienes buscan una solución conjunta al creciente poder de los carteles de droga.
Un país en crisis
Ecuador enfrenta una de las crisis de seguridad más graves de su historia reciente. La violencia relacionada con el narcotráfico ha puesto en alerta a la región sudamericana y ha impulsado al gobierno de Daniel Noboa a tomar medidas radicales para proteger a la población. Sin embargo, la solución a este problema no parece sencilla y requerirá una cooperación internacional, así como un compromiso constante en la lucha contra las mafias y el crimen organizado que amenazan la estabilidad de Ecuador y sus vecinos.
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