La ciudad de Quito vive una creciente transformación en su cultura de consumo. Las ferias de pulgas y la moda de segunda mano han ganado terreno como alternativas sostenibles, económicas y socialmente responsables frente a la moda rápida. En estas ferias, los visitantes pueden adquirir ropa, accesorios, juguetes, libros, tecnología y otros artículos en perfecto estado, con precios accesibles y, en muchos casos, provenientes de marcas reconocidas.

Beneficios para compradores y vendedores
Quienes participan como feriantes pueden ganar entre $250 y $600 durante un fin de semana, lo que convierte a estas actividades en una fuente complementaria de ingresos. Para el comprador, representa una oportunidad de adquirir productos únicos, reutilizables y más baratos. Para el vendedor, es una vitrina para promover sus artículos —nuevos o usados— y generar ganancias sin requerir grandes inversiones.
Moda circular: una tendencia con impacto ambiental
La proliferación de estos espacios no solo responde a razones económicas. La moda circular, que promueve la reutilización de prendas y objetos, está siendo adoptada con entusiasmo por las nuevas generaciones. El concepto de no desechar, sino prolongar la vida útil de los productos, ha ganado fuerza en un contexto global donde la sostenibilidad se ha vuelto prioritaria.
Además, la moda de segunda mano ofrece un estilo más personalizado y único. Muchos consumidores buscan piezas especiales, con historia, y que se diferencien de la ropa producida en masa por las cadenas de moda rápida.
Dinamización de la economía local
Las ferias de pulgas también benefician a otros sectores. A su alrededor florecen negocios como los puestos de comida, servicios de alquiler de mobiliario para los stands, cuidadores de vehículos y pequeños emprendedores. Estos espacios se han convertido en puntos de encuentro comunitario y en verdaderos polos de dinamización económica a pequeña escala.
La Cafetina: 100 ediciones impulsando la reutilización
Un ejemplo icónico de este movimiento es La Cafetina, una feria de pulgas que celebró su edición número 100 el 4 de mayo de 2024 en la Plaza Colón. Organizada por Carla y Pilar Cáceres desde hace 14 años, esta feria se ha posicionado como una de las más reconocidas en la capital. Con 52 stands en esta última edición, el evento reunió a visitantes de todo Quito y otras ciudades como Ibarra y Ambato.
Carla Cáceres destaca que uno de los factores clave del éxito de la feria es la creciente conciencia ambiental entre los ciudadanos. Cada vez más personas optan por comprar artículos de segunda mano para reducir su huella ecológica y apoyar una economía más responsable.
Un cambio cultural en marcha
La expansión de las ferias de segunda mano en Quito refleja una transformación cultural profunda. Se trata de un movimiento que mezcla emprendimiento, conciencia ambiental y nuevas formas de consumo. Estas ferias no solo generan ingresos, sino que también fortalecen el tejido social y fomentan el reciclaje como práctica cotidiana.
Con el paso del tiempo, es probable que estas iniciativas sigan creciendo y se conviertan en parte esencial de la identidad comercial y cultural de la ciudad.
Fuente: La Hora
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