Red Eléctrica descarta un ciberataque y todo apunta a un exceso de confianza en la energía solar
El fallo eléctrico del 28 de abril no fue causado por un ataque informático, sino por una inestabilidad en el sistema eléctrico. Red Eléctrica Española (REE) confirmó en una rueda de prensa que no se detectó ninguna vulneración de ciberseguridad. El origen del apagón se encuentra, según explicó Eduardo Prieto, director de Servicios para la Operación de REE, en un desequilibrio de generación eléctrica. La red quedó expuesta por un exceso de confianza en la energía solar, un fenómeno que se ha advertido repetidamente por sus implicaciones técnicas.
Un sistema volcado en la fotovoltaica
Durante la jornada del lunes 28 de abril, el mercado eléctrico español volvió a depender, en más de un 70%, de la energía solar. Este exceso de confianza en la energía solar dejó en un segundo plano a las tecnologías que garantizan la estabilidad del sistema, como las hidroeléctricas, nucleares o ciclos combinados. Estas tecnologías, basadas en turbinas, son capaces de aportar la firmeza necesaria para mantener la tensión en la red eléctrica.

La tensión, clave para evitar colapsos
Como han explicado varios expertos, el sistema eléctrico requiere una tensión constante para evitar caídas críticas. La fotovoltaica, pese a ser una fuente renovable y barata, no ofrece esta estabilidad. La producción solar, en su punto álgido, obligó a los ciclos combinados a reducir su generación. Las nucleares, por su parte, no accedieron al mercado para evitar pérdidas económicas, y tampoco se utilizó la hidráulica, con el fin de conservar agua.
Un colapso en cadena
A las 11:30 de ese lunes comenzaron a detectarse fluctuaciones en la red. A las 12:32 se produjo la caída de tensión: una interrupción de apenas cinco segundos que, sin embargo, supuso una eternidad para un sistema tan sensible. El resultado fue el apagón de la fotovoltaica, los ciclos combinados y las cuatro nucleares aún activas. Esta desconexión súbita provocó una reacción en cadena. Como ya había ocurrido semanas antes, cuando la refinería de Repsol en Cartagena tuvo que detener su actividad, el exceso de confianza en la energía solar volvió a mostrar sus límites estructurales.
Investigaciones en marcha en el suroeste
REE continúa analizando las causas exactas del incidente. Prieto detalló que se registraron dos eventos de pérdida de generación casi simultáneos en el suroeste peninsular. El primero fue contenido, pero apenas 1,5 segundos después, una segunda pérdida desestabilizó aún más el sistema. En esta zona, Extremadura juega un papel relevante, al ser líder en capacidad fotovoltaica instalada, con más de 5.538 MW. Esa concentración de generación renovable, sin respaldo firme, hizo que el sistema fuera más vulnerable ante cualquier oscilación.
Un equilibrio cada vez más difícil
El suceso del lunes ilustra los riesgos de un modelo energético basado en un exceso de confianza en la energía solar sin respaldo suficiente. El sistema eléctrico necesita un equilibrio tecnológico. Ni las baterías, ni el viento, ni el sol por sí solos garantizan estabilidad. El propio informe financiero anual de REE ya advertía sobre “la pérdida de prestaciones de generación firme asociada al cierre de centrales convencionales”. El documento añadía que este cambio estructural “podría aumentar el riesgo de incidentes operacionales que afecten al suministro y la reputación de la empresa”.
Afortunadamente, sin consecuencias mayores
Desde el sector energético se insiste en que se tuvo suerte. No se quemaron transformadores, lo que habría extendido el apagón durante más de 24 horas. Sin embargo, las críticas apuntan a que Red Eléctrica calculó mal los riesgos. Se permitió el cierre de tres centrales nucleares, fundamentales para mantener la tensión del sistema. Una vez más, se pone de manifiesto el peligro de una planificación que repose en un exceso de confianza en la energía solar sin contar con un respaldo firme.
Fuente: EL CONFIDENCIAL
También te puede interesar: Así será el nuevo buque de guerra autónomo más grande y avanzado del mundo