Importancia de las ventas de energía desde Colombia
Desde el 17 de noviembre de 2024, las ventas de energía desde Colombia han permitido a Ecuador reducir los horarios de cortes de luz. Este suministro energético, vital para el país, ha representado un gasto promedio diario de USD 2,6 millones. El precio pagado por kilovatio hora (kW/h) ha sido de USD 0,25, según Gabriel Secaira, experto energético.
Durante los primeros 13 días de importación, Ecuador gastó USD 36,6 millones, lo que refleja una dependencia crítica de la energía colombiana. En este período, Colombia proveyó un promedio de 413 megavatios, cerca del máximo permitido por las líneas de transmisión, que tienen una capacidad de 450 megavatios.
Proyecciones de gasto y desafíos futuros
El Operador Nacional de Electricidad de Ecuador (Cenace) estima que esta dependencia continuará hasta marzo de 2025 debido a un déficit de generación local de 800 megavatios. Si las ventas de energía desde Colombia se mantienen en niveles similares, Ecuador podría gastar USD 78 millones adicionales en diciembre, alcanzando un total de USD 114,6 millones en solo mes y medio.
Sin embargo, los costos podrían aumentar por la transición a energía termoeléctrica, más costosa, especialmente durante la temporada seca en Colombia. En el peor de los casos, el precio por kW/h podría llegar a USD 0,80.
Impacto en la crisis eléctrica ecuatoriana
Las ventas de energía desde Colombia representaron el 16% del consumo total en Ecuador entre el 17 y el 30 de noviembre. Este apoyo, junto con la producción de Coca Codo Sinclair, ayudó a reducir los cortes diarios de luz de 12 a seis horas. A pesar de estas mejoras, la crisis eléctrica persiste, y Ecuador seguirá dependiendo del suministro colombiano para mantener la estabilidad energética.
Energía colombiana y desafíos locales
En Colombia, las condiciones hidrológicas influyen directamente en los precios y la disponibilidad de energía. Actualmente, el país combina generación hidroeléctrica (75%) con termoeléctrica (25%), siendo esta última más costosa. Sin embargo, las ventas de energía desde Colombia continúan siendo esenciales para Ecuador, especialmente en períodos de alta demanda como diciembre.
Esta relación energética no solo refleja la dependencia ecuatoriana, sino también la resiliencia del sistema colombiano frente a sus propios desafíos climáticos.
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