Lo que para muchas familias representa una rutina diaria —preparar los alimentos en casa— puede estar exponiéndolas a un riesgo silencioso pero alarmante. Un reciente estudio de la Universidad de Stanford ha revelado que cocinar con estufas de gas podría duplicar el riesgo de cáncer infantil, especialmente en viviendas con poca ventilación.

Esta investigación, publicada en el Journal of Hazardous Materials, confirma que estas estufas emiten benceno, un químico clasificado como altamente cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los niveles de este compuesto pueden alcanzar concentraciones peligrosas en apenas unas horas de uso. Esto ocurre, particularmente, en espacios cerrados como departamentos.
Los niños, los más vulnerables al benceno
Uno de los hallazgos más inquietantes del estudio es que los niños enfrentan un riesgo 1.85 veces mayor que los adultos de desarrollar cáncer, como la leucemia. Esto se debe a tres factores fundamentales. Su menor peso corporal, su ritmo respiratorio acelerado y el hecho de que pasan más tiempo dentro del hogar.
En cocinas mal ventiladas, el benceno puede acumularse rápidamente, superando hasta tres veces los límites de seguridad establecidos. Esta situación representa una seria amenaza en hogares urbanos y multifamiliares. En estos lugares, la circulación del aire es reducida y el espacio limitado agrava la concentración de contaminantes.
Un problema extendido en Estados Unidos… y en el mundo
En Estados Unidos, se estima que 47 millones de hogares utilizan estufas a gas. De ese total, el 5% con los niveles de emisión más elevados afecta directamente a más de seis millones de personas. Los departamentos mostraron niveles significativamente más altos de benceno que las casas unifamiliares. Esto pone en riesgo a las familias que habitan en zonas densamente pobladas.
Aunque la investigación se centró en EE.UU., los expertos aseguran que sus resultados son aplicables a muchos países. Esto es especialmente cierto en América Latina, donde el gas sigue siendo la principal fuente energética para cocinar.
¿Cómo reducir los riesgos?
A pesar de la gravedad del problema, existen medidas eficaces para reducir la exposición al benceno en el hogar:
- Usar campanas extractoras externas de alta eficiencia, que expulsen el aire contaminado fuera de la vivienda.
- Ventilar activamente la cocina, abriendo ventanas o puertas durante y después de cocinar.
- Reemplazar las estufas de gas por modelos eléctricos o de inducción, que no emiten contaminantes a la atmósfera interna del hogar.
El equipo de Stanford advierte, sin embargo, que ni siquiera una buena ventilación elimina completamente el riesgo. En los peores escenarios, se podrían sumar entre 16 y 69 casos de leucemia infantil al año en hogares con mayores emisiones.
Regulación y conciencia: claves para el futuro
Anchal Garg, autora principal del estudio, remarcó que la sociedad ha subestimado los peligros del aire contaminado dentro de las propias casas. Frente a este panorama, los investigadores abogan por regulaciones más estrictas sobre la calidad del aire interior. Además, sugieren políticas públicas que fomenten la transición hacia tecnologías más limpias.
El benceno y otros compuestos volátiles presentes en las emisiones de gas natural no solo afectan la salud humana. Estos también contribuyen al deterioro ambiental. Por ello, la concienciación sobre sus riesgos es clave para adoptar cambios que protejan especialmente a los más vulnerables: los niños.
Fuente: Ecuavisa
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