Al recitar la oración del Padre Nuestro, solicitamos el perdón por nuestras ofensas, al tiempo que comprometemos nuestro corazón a perdonar a quienes nos han ofendido. Jesús nos recuerda este principio en sus enseñanzas, y nos advierte que, del mismo modo en que perdonamos a otros de corazón, así también Dios nos perdonará a nosotros en el cielo.
La oración del Padre Nuestro es una parte esencial de la tradición cristiana y es recitada como una expresión de fe y adoración.
El perdón, un pilar fundamental en la vida cristiana, se manifiesta como un acto de gracia y misericordia, reflejando el amor y la compasión que los seguidores de Cristo deben mostrar hacia sus semejantes. La Biblia nos insta a amar incluso a nuestros enemigos, bendecir a quienes nos maldicen y perdonar a quienes nos ofenden.
No hay mayor alegría, quizás, que el acto de perdonar y sentirse perdonado. Tenemos un Dios bueno y generoso, siempre dispuesto a brindarnos otra oportunidad. Como resultado, nosotros también debemos ser consecuentes con este regalo divino, perdonando a otros como Dios nos perdona a nosotros. Setenta veces siete, y cuantas veces sea necesario.
Fuente: La nación
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