La ceremonia de investidura presidencial de Daniel Noboa en Ecuador, celebrada el 24 de mayo de 2025, no solo fue significativa por el inicio de su segundo mandato. También lo fue por un tenso momento diplomático protagonizado por los presidentes de Perú, Dina Boluarte, y de Colombia, Gustavo Petro. La falta de un apretón de manos entre ambos mandatarios se convirtió rápidamente en uno de los episodios más comentados del evento.

Un encuentro frío entre vecinos fronterizos
Durante el acto oficial en la Asamblea Nacional del Ecuador, se esperaba la presencia de líderes internacionales. Pero finalmente solo dos jefes de Estado confirmaron su asistencia. Estos fueron Gustavo Petro y Dina Boluarte, presidentes de los dos países vecinos que comparten frontera terrestre con Ecuador. Por protocolo, ambos debían sentarse juntos en la sección reservada para las autoridades de más alto rango.
La presidenta peruana fue la primera en llegar al recinto. Minutos después, ingresó Gustavo Petro, quien debía pasar frente a ella para ocupar su asiento. Mientras avanzaba, Boluarte mantuvo sus manos entrelazadas, evitando cualquier gesto que insinuara un saludo. Petro, por su parte, se acercó con su mano derecha ligeramente levantada y le dio un leve toque en el brazo, sin recibir respuesta alguna.
Una relación diplomática fracturada
Este episodio aparentemente simple, pero cargado de simbolismo, refleja las tensiones persistentes entre ambos gobiernos. Aunque en marzo de 2025 se había anunciado la normalización de relaciones diplomáticas entre Colombia y Perú, los gestos —o la ausencia de ellos— evidencian que el proceso de reconciliación no está completamente resuelto.
La raíz del conflicto se remonta a diciembre de 2022, cuando el entonces presidente peruano Pedro Castillo intentó disolver el Congreso y fue destituido y encarcelado en régimen preventivo. Gustavo Petro criticó abiertamente a Boluarte por su ascenso al poder tras ese episodio. Esto llevó a una ruptura diplomática que se extendió por más de dos años.
Un reflejo del escenario político regional
El tenso momento entre Boluarte y Petro ha sido interpretado por analistas como una muestra de las fracturas ideológicas y personales que persisten en América Latina. Petro, de orientación izquierdista, ha mantenido una postura crítica hacia gobiernos que considera ilegítimos o autoritarios. En cambio, Boluarte ha reforzado una imagen de institucionalidad tras la crisis provocada por Castillo.
Aunque el restablecimiento formal de relaciones fue anunciado en 2025, el gesto ausente durante la posesión de Noboa evidencia que los desacuerdos siguen latentes. Este tipo de eventos, aunque protocolares, pueden afectar la dinámica de cooperación en temas clave como seguridad fronteriza, comercio e integración regional.
El contexto ecuatoriano: entre promesas y tensiones
Daniel Noboa inició su segundo mandato en un escenario de crisis de seguridad interna y fuerte polarización política. En medio de estos desafíos, el episodio diplomático entre los mandatarios invitados no pasó desapercibido. Lejos de distraer la atención, evidenció cómo los conflictos regionales pueden manifestarse incluso en actos ceremoniales.
La ausencia de un simple apretón de manos entre los presidentes de Perú y Colombia durante la investidura de Daniel Noboa no fue un descuido ni una anécdota menor. Se trató de un gesto elocuente sobre el estado de las relaciones bilaterales. Además, demostró las tensiones que aún perduran en la política sudamericana, en un momento en que la cooperación regional se vuelve cada vez más necesaria.
Fuente: Primicias.ec
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