La Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG) ha calificado al Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) como un “impuesto perverso”, debido a su impacto negativo en la competitividad económica. Según el gremio, el ISD ha perdido su propósito original de proteger la dolarización y ahora representa una carga impositiva significativa que sustrae más de USD 1.000 millones anuales del sector privado. Este tributo se ha convertido en un factor crucial que encarece los costos de producción, afectando especialmente a las materias primas y bienes de capital.
Reformas contradictorias y sus implicaciones en la industria
El Decreto Ejecutivo 468, emitido por el presidente Daniel Noboa, reducirá la tarifa del ISD en materias primas al 2,5% a partir de abril de 2025. Sin embargo, una decisión previa de la Corte Constitucional eliminará el crédito tributario por este impuesto desde enero del mismo año. Esta normativa generará un incremento directo en los costos de importación, ya que las empresas deberán pagar un 5% por bienes de capital y un 2,5% por materias primas sin posibilidad de recuperar dichos montos.
Actualmente, las empresas cuentan con el crédito tributario que permite recuperar el 100% de lo pagado por el ISD, un beneficio que desaparecerá. Esta contradicción normativa afectará particularmente al sector productivo, que verá aumentos en los costos operativos a pesar de la reducción parcial en la tarifa.
Repercusiones en la competitividad y recomendaciones de la CCG
La eliminación del crédito tributario, sumada a la permanencia del ISD, implica que Ecuador seguirá perdiendo competitividad frente a países como Colombia y Chile, que no aplican tributos similares. En 2023, estas naciones atrajeron niveles de Inversión Extranjera Directa (IED) del 4,4% y el 11,3% del PIB, respectivamente, mientras Ecuador apenas alcanzó un 0,3%.
La CCG insta al Gobierno a eliminar completamente el ISD o, al menos, reinstaurar el crédito tributario mediante un proyecto de ley. Según el gremio, este impuesto no solo distorsiona los precios de mercado, sino que también encarece la producción y desincentiva la entrada de capitales extranjeros.
Un desafío para la inversión y la integración regional
El ISD, implementado en 2008 con una tarifa inicial del 0,5%, ha evolucionado hasta convertirse en un obstáculo para el desarrollo económico del país. Este tributo limita la capacidad de Ecuador para integrarse en cadenas globales de valor y genera incertidumbre jurídica, lo que agrava aún más la ya limitada inversión extranjera.
La Cámara de Comercio de Guayaquil considera imperativo que se tomen medidas concretas para mitigar los efectos negativos del ISD en la economía ecuatoriana, de modo que el país pueda competir eficazmente en la región y fomentar un entorno propicio para la inversión.
Más noticias:
Avances de tres proyectos para la inclusión y sostenibilidad en Ecuador