La administración del expresidente Donald Trump ha decidido excluir a la Universidad de Harvard de todas las futuras ayudas federales. Así lo informó la secretaria de Educación de Estados Unidos, Linda McMahon, a través de una carta oficial dirigida al rector de la institución. La medida representa una escalada en la disputa entre el gobierno republicano y una de las universidades más prestigiosas del mundo. Que ha respondido con acciones legales contra los recortes.

Acusaciones de antisemitismo y falta de transparencia
Desde hace semanas, el gobierno de Trump ha sostenido una confrontación abierta con Harvard y otras universidades, a las que acusa de “tolerar el antisemitismo” en sus campus. Esta acusación se enmarca en el contexto de las protestas estudiantiles contra la guerra en Gaza, donde varios estudiantes han expresado su rechazo a las acciones del gobierno israelí y su apoyo al pueblo palestino. Según el gobierno estadounidense, estas manifestaciones podrían estar vinculadas al respaldo del grupo islamista Hamás. Una afirmación que ha sido duramente criticada por diversas organizaciones de derechos humanos y por las propias universidades.
Cese total de subvenciones y revisión de fondos millonarios
En su carta, McMahon señaló que Harvard “ya no debería solicitar subvenciones al gobierno federal, ya que no se le concederán”. La funcionaria argumentó que la universidad ha incumplido sus responsabilidades legales, éticas y fiscales, además de cuestionar su transparencia y rigor académico. Como resultado, la administración Trump congeló a mediados de abril 2.200 millones de dólares en fondos ya asignados a la institución. Mantiene bajo revisión otros 9.000 millones adicionales.
Esta decisión marca el fin de nuevas ayudas gubernamentales para Harvard, según McMahon, quien también fue ejecutiva en la industria del entretenimiento deportivo antes de asumir su cargo en el gabinete de Trump.
Harvard: entre la autonomía académica y la presión política
La negativa de Harvard a someterse a la supervisión gubernamental en aspectos como admisiones, contratación y orientación académica ha sido el detonante del conflicto. La universidad sostiene que estas medidas representan una violación de su autonomía institucional y de los principios de libertad académica.
Con una dotación económica valorada en 53.200 millones de dólares en 2024, Harvard es la universidad más rica de Estados Unidos, lo que ha hecho que el gobierno minimice el impacto que estas restricciones podrían tener. Sin embargo, los críticos de la decisión señalan que la medida busca enviar un mensaje político más que fiscal, y forma parte de una estrategia más amplia para controlar el discurso universitario.
Impacto sobre los estudiantes internacionales
En paralelo a los recortes, la administración Trump también ha intensificado sus esfuerzos para revocar visados y deportar a estudiantes extranjeros vinculados a universidades que han albergado protestas propalestinas. La Casa Blanca sostiene que algunas de estas manifestaciones podrían estar alineadas con ideologías extremistas, en particular con el grupo Hamás, en respuesta a los eventos ocurridos el 7 de octubre de 2023 en Israel.
Estas acciones han generado temor entre la comunidad internacional académica y han sido calificadas como represalias que comprometen la libertad de expresión y el carácter global de la educación superior en Estados Unidos.
Una medida sin precedentes
La exclusión de Harvard de las ayudas federales marca un hecho sin precedentes en la historia educativa reciente de Estados Unidos. Refleja la creciente politización de la educación superior y plantea serias interrogantes sobre la relación entre el poder ejecutivo y la autonomía de las instituciones académicas. Mientras Harvard busca defender sus principios ante los tribunales, el caso podría sentar un precedente con implicaciones duraderas para todo el sistema universitario estadounidense.
Fuente: Swissinfo
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