El Gobierno de Noboa despliega 5.000 militares más para reprimir las protestas en Ecuador

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El Gobierno del presidente Daniel Noboa enfrenta uno de los momentos más críticos desde el inicio de su gestión. A veintitrés días del paro nacional encabezado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), el Ejecutivo anunció el despliegue de 5.000 militares adicionales para controlar las protestas que sacuden al país. Las tensiones se concentran especialmente en Otavalo, una ciudad emblemática para el movimiento indígena, que denuncia una represión sin precedentes. Las protestas en Ecuador han captado la atención mundial.

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Otavalo: el epicentro de la resistencia indígena

Otavalo, conocida por su historia de lucha y su simbolismo dentro del movimiento indígena, vivió este martes una de las jornadas más violentas desde el inicio de las movilizaciones. Según la Conaie, militares y policías ingresaron a comunidades rurales y barrios, empleando gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y munición real.
En un comunicado, la organización acusó al Gobierno de haber “convertido nuestras comunidades en zonas de guerra”. Testimonios recogidos por medios locales relatan escenas de caos. Los enfrentamientos se extendieron por varias horas y afectaron a mujeres, niños y ancianos, mientras las protestas en Ecuador se intensificaban.

La respuesta oficial: “restablecer el orden”

El Gobierno de Noboa justifica el incremento de la presencia militar como una medida necesaria para restablecer el orden. También buscan despejar las carreteras bloqueadas. El Ejecutivo asegura que las acciones buscan garantizar el transporte de alimentos y medicinas a zonas que enfrentan desabastecimiento.
Sin embargo, las organizaciones sociales cuestionan esta versión y afirman que la fuerza pública ha utilizado tácticas de guerra urbana. En contraste con las denuncias de agresión, el ministro del Interior, Jhon Reimberg, defendió la actuación policial. Señaló que “no hay excesos” y que “todo ciudadano puede ser revisado», incluso si porta un chaleco de prensa en el contexto de las protestas en Ecuador.

Balance de la jornada: detenidos, heridos y denuncias de abusos

De acuerdo con cifras oficiales, al menos 43 personas fueron detenidas y seis uniformados resultaron heridos durante los enfrentamientos. La Conaie sostiene, en cambio, que existen más de 50 heridos civiles, varios de ellos en estado crítico. Afirman que la Policía ha impedido el acceso de ambulancias y personal médico a las zonas conflictivas. En medio de las protestas en Ecuador, el Ministerio de Salud no ha emitido pronunciamiento alguno. Esta falta ha incrementado la preocupación de organizaciones de derechos humanos, que demandan la intervención urgente de observadores internacionales para verificar la situación en las comunidades afectadas.

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Medios de comunicación y libertad de prensa en riesgo

El conflicto también ha golpeado al periodismo. La fundación Periodistas Sin Cadenas reporta 55 agresiones contra comunicadores en las primeras cuatro semanas de protestas. Entre los casos más graves figuran el de un reportero comunitario que recibió un disparo mientras cubría los disturbios en Imbabura. Otro caso grave es el de un camarógrafo que sufrió fracturas en Quito durante una manifestación. Estas denuncias han despertado preocupación por la creciente criminalización de la cobertura periodística. Además, el uso desproporcionado de la fuerza contra quienes documentan los hechos en el contexto de las protestas en Ecuador genera inquietud.

La raíz del conflicto: la eliminación del subsidio al diésel

El detonante de la crisis fue la eliminación del subsidio al diésel, anunciada por el presidente Noboa el 13 de septiembre. Esta medida, parte de su plan de consolidación fiscal acordado con organismos internacionales, generó un aumento inmediato en el costo del transporte y los alimentos.
Aunque el Gobierno argumenta que el retiro de los subsidios permitirá liberar recursos para inversión social, los movimientos sociales lo consideran un golpe directo a las comunidades rurales y a los sectores más pobres del país. Esta acción ha avivado todavía más las protestas en Ecuador.

Nuevas demandas sociales y un escenario incierto

Con el paso de las semanas, las protestas han sumado nuevas exigencias. Incluyen la lucha contra la inseguridad, que ha dejado más de 6.000 homicidios entre enero y agosto, el rechazo a las concesiones mineras y petroleras. También exigen un diálogo nacional inclusivo.
Pese al llamado de la Conaie a una mediación con organismos internacionales, el Ejecutivo se mantiene firme en su decisión de no revertir las reformas económicas. La confrontación entre el Gobierno y el movimiento indígena ha escalado a niveles de tensión. Estos evocan las crisis políticas de décadas anteriores en Ecuador. Este escenario refleja la complejidad de las protestas en Ecuador y sus causas subyacentes.

Un punto de inflexión para el Gobierno de Noboa

La crisis actual representa un desafío político y social de gran magnitud para el presidente Noboa. Su manejo de las protestas, marcado por el uso de la fuerza militar y la falta de diálogo, podría afectar gravemente su legitimidad. Esta situación podría modificar su relación con amplios sectores de la población. Otavalo se ha convertido en el símbolo de la resistencia y, al mismo tiempo, en el reflejo de un país que busca equilibrio entre el orden y los derechos ciudadanos durante las protestas en Ecuador.

Fuente: El País

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